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domingo, diciembre 27, 2009

Arte Tailandés

Este blog se ha ido formando casi solo, porque nosotros no planeamos prácticamente nada, los temas nacen como nacen muchos deseos, así que hoy quiero hablar de arte.
Siempre nos ha gustado el arte y tener contacto con artistas es muy enriquecedor en general. Por esto mismo, tuvimos grandes satisfacciones también en Bangkok, pues conocimos a varios artistas interesantes y algunos muy importantes.

Uno de estos artistas es Nitti Wattuya. Tuvimos el gusto de compartir amistad con él y con su esposa (también artista), Buppha Konglua.



Nitti y Buppha (Oh para los amigos) viven en Ayuthaya y con ella fui a convivir con elefantes en una ocasión en que me invitó, una experiencia increíble que jamás olvidare.

http://oneartworld.com/artists/N/Niti+Wattuya.html



La obra de Nitti es muy variada y rica, porque al ser el ya una persona mayor, ha hecho cambios propios de ese talento que lo distingue entre otros artistas todavía jóvenes y no maduros.
Parte de su obra como tantos artistas Tailandeses, nos invita a observar el paisaje Tailandés y también nos hace reflexionar acerca de las influencias Asiáticas al respecto.

El es un artista totalmente auto didáctico y esto no deja de sorprendernos cuando vemos la técnica que tiene innata.
Una parte que a mí me gusta más de su obra, es aquella en la que pintó muchos elefantes, Budas y Watts (templos Tais).
Utiliza la luz y el color de manera muy particular y esto no deja de ser algo muy de él.
Buppha también es una artista, pero tiene una modestia y una admiración por su marido tal (comparables a Frida y Diego), que ella prefiere mantenerse en la sombra, pero como es mucho más joven que Nitti, igual la vida le da la oportunidad de mostrar ese arte que también tiene.

Tawan Wattuya, muchacho joven y sobrino de Nitti hoy está haciendo que muchos ojos conocedores en arte, pongan atención a sus extraordinarios trabajos.
Es obra fuerte, cargada de contenido sexual y político. Solo mirar algunas piezas, queda uno subyugado. Creo que tiene mucho potencial para sobresalir internacionalmente.

http://www.soiwat.org/Tawan-Wattuya_a124.html


Otros artistas plásticos que me gustaron mucho (en muchos de los casos, también su personalidad) fueron:

Tanupon En-On, este artista me recordó mucho a Toledo, porque se basa mucho en temas de animales con su connotación muy sexual al igual que el maestro Toledo.
Desde luego que la diferencia notable, es que ambos son muy representativos de sus culturas, las que son diferentes.

También me gustó mucho la obra de Chainapa Lepajarn, Escultora y profesora del departamento Bellas Artes en bunditpatanasilpa y del departamento de Bellas Artes afiliado con el ministerio de Cultura.

http://www.rama9art.org/artisan/2007/december/esan/index.html


Un artista con el que también convivimos y fue todo un placer fue con el escultor Haritorn Akarapat, hombre interesante con un dolor que siempre permanecerá y lo marcara a él y a su obra.



Con el tuve el placer de hablar mucho de sus porqués a algunas de estas esculturas tan sui generis y controvertidas, en muchas de las veces, inexplicables para aquellos que no lo conozcan un poco más a fondo.





Sus esculturas en muchos de los casos son inmensas y a mi parecer cargadas de dolor, tristeza, añoranza e ironía.





Otro artista que conocí poco en lo personal, pero su obra es muy interesante es Navin Rawanchaikut. La obra de él la disfrutamos en varios espacios como la casa de Jim Tompson y en la galería TANG que es manejada un curador de fotografía Josef Ng, con quien hicimos amistad.




Con él pude entender mas la fotografía de vanguardia y muchas de sus exposiciones, fueron grandes descubrimientos para mí.

El es una persona muy profesional y acudir a una exposición en esta galería es garantía casi cien por ciento de que se presentara obra de gran calidad y totalmente vanguardista.
Joseph también maneja una galería en China y ahora vive allá.

http://www.rama9art.org/gallery/tang/index.html

Algunos otros artistas Thais: Cahinapa Lepajarn

http://www.rama9art.org/exhibition/retrospective/sun.html

Un fotógrafo muy reconocido y también amigo:




Sanuk

jueves, octubre 01, 2009

Una trotamundos muy interesante

Desde que tengo recuerdo, una prima que estudio medicina de nombre Sara, se ha pasado la vida viviendo y viajando a diferentes países.

Un día me contó como fue que le nació esta inspiración, porque a partir de sus relatos y experiencias compartidas a lo largo de todos estos años con nosotros como familia, creo que nació en mi hijo el interés de comenzar una vida también plagada de cambios y en diferentes países.

Cuenta Sara, que ya jovencita, un día viendo libros en una librería conoció a un señor de aspecto interesante quien le preguntó qué le gustaría hacer en su vida, a lo que ella respondió que viajar. Entonces el hombre le dijo: "pues solo se requiere dar el primer paso".

Mientras ella estudiaba medicina en la UNAM se rifó un viaje y un compañero le vendió un boleto que ella no le pagaba por no contar con exceso de dinero. El amigo dio por bueno el boleto y cuando la rifa se llevo a cabo, fue corriendo con Sara para decirle que se había ganado el viaje, pero que le pagara el boleto.
Este viaje fue a algún lugar en Centro América y despertó con pasión su ya comenzado interés por los viajes. Por lo que regresando de éste, decidió que se iría a estudiar una maestría a Europa.

Así, envió currículos por toda Europa y fue aceptada en Basilea, Suiza para estudiar una maestría en enfermedades tropicales. Irónicamente, porque es en México donde hay más enfermedades de éstas y seguramente mucha experiencia para estudiar aquí. Pero ella lo que quería era cambiar de aires y comenzar a viajar. Porque ya con los años, nos ha confesado que no le interesó ejercer nunca, aunque trabajó para la industria farmacéutica y la consideramos una persona que siempre brilla.

Pasó algunos años en Basilea y al terminar su maestría pidió trabajo y allí mismo lo encontró. Analizaba los Papanicolaou en una clínica y había muchas mujeres de dinero Mexicanas que en aquellos tiempos, se iban a hacer estos estudios a Suiza. Nuevamente es muy irónico que cuando en el laboratorio, descubrían que era Mexicana la paciente que se hacia este estudio, se lo pasaban a mi prima por aquello de: "como es tu paisana, hazlo tu!".

Después de viajes van y vienen en sus vacaciones y tratando de conocer muchos lugares en Europa, la comezón por el viaje se hizo más aguda. Además de empezar a mirar más allá del mundo Occidental hoy ya tan conocido para nosotros los mexicanos.
Fue un tiempo después que en un crucero conocería a un Griego y con quien se casaría aquí en México, pero tristemente el destino no la quería atar a nada ni a nadie, por lo que enviudó a los pocos meses.

Me parece que en sus andanzas por el mundo ha descubierto que esta es su última vida y yo con mis mas pocas andanzas complementadas con lectura, también estoy de acuerdo.
Para curarse la pena, decidió dejar todo tipo de trabajo y viajar un año por Europa con sus ahorros, pues no es una persona rica, pero sí que sabe vivir la vida que muchos ricos no sabrían sin exceso de todo. Coincidiendo con mi boda su regreso y haciendo amistad con mi marido, nuestra relación crece y hasta compartimos algunos viajes.

De esto hace ya 32 años y ella no ha dejado de vivir y viajar a casi todos los rincones de este planeta.

Nosotros que hacíamos una vida algo diferente que la mayoría de la gente, también caímos en estereotipos y apegos de todo tipo, por lo que solo hacíamos viajes comunes y corrientes en su gran mayoría y claro, en vacaciones!. Pero ella viajaba (como poca gente Mexicana lo hacía hace 40 años) sólo con una pequeña mochila o back pack.
Nunca a hoteles típicos, ni de forma típica, porque en ella siempre hubo un deseo de entender, compartir y vivir plenamente los lugares con sus tradiciones y su gente.
Nunca criticando o comparando lugares, siempre observando con un ojo muy especial que a nosotros nos fascinó y mucho más a nuestro hijo.

Disfrutamos enormemente sus visitas a nuestra casa cuando entre un viaje y otro, (hoy todavía a sus 70 años) viene a pasar algunos meses a México.
También vivió unos cuantos años en Australia y hasta se encargó de administrar un guest house en lapsos de tiempo unas veces largos y otras cortos.
Esta experiencia que también compartió con nosotros, fue muy interesante.

Muchos de los tips y consejos para ver las cosas de forma distinta, además de recomendaciones de viaje siempre buenas, fueron hechos por ella.
Con esto quiero invitarla a ella en persona a participar con algún o algunos relatos de viajes que fascinarán a aquellos lectores que este sencillo blog de dos mexicanos en Asia, ha atraído.
Espero muy pronto poder subir el primer relato y ustedes mismo constaten lo que yo he relatado aquí.

Sanuk



martes, agosto 18, 2009

La Condesa es un lugar sui generis.

La Condesa es un lugar sui generis, plural y diferente en esta ciudad de México.
Aunque el tema de conversación sobre la Condesa entre las personas que han vivido aquí por muchas generaciones y muchos otros, que aunque no tanto, también se unen para hablar de todos los problemas que se han generado por el exceso de población y la mala planeación, yo voy a hacer comentarios distintos.

No dejo de reconocer el deterioro de algunas cosas aquí, pero este deterioro es general en toda la ciudad como ya he mencionado.
Pero para mí, siendo la primera vez que vengo a probar vivir en La Condesa después de haber vivido en diferentes zonas de la ciudad en mi vida, este me parece de lo mejor.

Digo de lo mejor porque aun con las deficiencias de estacionamiento, algunos servicios y delincuencia, yo no lo encuentro tan mal.
Como platiqué en otro relato, recién que llegamos de vivir en Tailandia, estuvimos (yo un poco más de un mes y mi esposo más de dos) viviendo en Santa Fe y eso si que es horrible. Aunque parezca planeado, todo es deficiente y carece por completo de encanto. Para nada es comparable con el encanto La Condesa.

Tratando de mirar sin prejuicios, diré que aunque somos muchos los ciudadanos que vivimos aquí (dicen que como 500,000), se respiran cosas más interesantes que el humo de los coches y camiones.

Se respira diversidad, que es lo que más se extraña en México.
Aunque extendiéndome, se podría generalizar en ésta zona algo así como el interés por la cultura y el convivir respetando al menos la ecología, lo que le da un toque de distinción (no en el sentido burgués de la palabra sino en un sentido de zona distinta).

A mi desde que llegué me dijeron que la ciudad es muy insegura, pero hoy en día puedo decir que a nosotros no nos lo parece tanto. Tampoco pasamos miedo viviendo cerca del monumento a la madre y en cambio si disfrutamos mucho los paseos por aquella zona.

A mí me gusta hacer ejercicio y ahora que tengo el Parque México cerca, salgo a correr algunos días. Mucha gente sale a hacer ejercicio al igual que yo y otros sólo salen a pasear.

La moda de tener perros aquí en La Condesa, si parece ser el símbolo de cierto estilo de pertenecer, pero como yo nunca he tenido ganas de pertenecer del todo a nada, no pienso tener ningún perro con todo y que me gustan.

Después de haber vivido en un campo de golf antes de irnos de México, ésta zona me hace reconciliarme con estos inteligentes caninos. Porque los años que vivimos en este fraccionamiento con campo de golf, ¡los tuvimos que soportar!, porque eran muchos y siempre sueltos, haciendo sus necesidades por todos lados, metiéndose en las casas ajenas, rompiendo plantas de vecinos y persiguiendo bicicletas y transeúntes.

Presenciamos varios altercados con estos lindos animalitos y sus prepotentes dueños. Así que a mí me da cierta fascinación poder correr por este parque sin que ninguno de estos caninos (también sueltos en su mayoría pero muy educados), se quiera entretener persiguiéndome o molestando a nadie.

Hay que ver las diferentes razas que circulan, acompañados con sus respectivos personajes, dícese dueños, amos, etc. Pero yo más bien diría, hijos, hermanos, amigos, etc., porque la manera tan linda en que estos individuos tratan a sus animales, es encantadora.

Nosotros tuvimos un perro y nos llegaron a criticar por el trato tan familiar y cariñoso que le profesábamos a nuestro Moro, porque ese era su nombre. Ahora igualmente aquí en el parque México los nombran de tan variados y originales nombres, que en algunas ocasiones, aun corriendo y perdiendo el aire, he tenido que soltar alguna risita discreta.
He escuchado todo tipo de nombres y uno muy común hoy es el de Camila y no se quedan cortos los sobrenombres o motes como, chaparrito, mi rey, etc.

Unos entrenadores que vienen todos los días, entrenan a estos perros que da gusto. Sus dueños los miran cuando los recogen o dejan como cuando yo dejaba a mi hijo en sus primeros días de clases.
Los entrenadores los sientan en el piso, igual que se deben sentar los niños de escuelas rurales o en países muy pobres a falta de sillas o pupitres. Al igual que las criaturas, no necesitan más para hacer sus labores.
Me encanta observar las diferencias o similitudes que existen entre estos encantadores animalitos y sus dueños. Algunos se parecen hasta físicamente. Pero en muchos casos, vienen siendo la antítesis de lo que son los dueños, algo así como, si él es grande y esbelto, su perro será, chico y regordete. O un chiquitín puede traer un perro enorme y con cara de pocos amigos.
Creo que algunos psiquiatras, antropólogos o sólo observadores como yo, pasarían una buena experiencia observando todo esto.

Además del parque, restaurantes, bares, tiendas de todo tipo y librerías, también se topa uno continuamente con eventos varios. Van desde los musicales, circenses, hasta los improvisados por personas que no tienen en absoluto talento.
Esto es frecuente frente a los restaurantes, pues me imagino que estos personajes piensan que al menos para que dejen de hacer ruido con instrumentos musicales (en su mayoría desafinados), o molestar a los comensales, recibirán algún dinero. Están en lo cierto, porque me parece que así sucede frecuentemente.
Pero eso no quita que de vez en vez, se tope uno con un buen músico, cantante, etc, haciéndonos pasar a los comensales un grato momento, aunque esto, tristemente ocurre poco.

Yo disfruto mucho las librerías y en especial El Conejo Blanco sobre Ámsterdam y El Lido sobre Tamaulipas, ambas buenas y El Lido con cine de arte también.
En estas librerías también se puede uno topar con charlas interesantes de todo tipo. Una que me pareció diferente y divertida y en la que desgraciadamente, solo estábamos cuatro personas, fue la de un libro que presentó una escritora para orientar a aquellas personas que salen de la carrera de actor. Como parte de la presentación, se acompañaba de un hombre muy talentoso en sus zancos, que nos invito a subir a éstos. No a todo el mundo le interesó hacerlo, pero a mi si de manera que pasé una tarde muy divertida.

Me gustó mucho caminar sobre zancos y recordar cuando era niña y nos improvisábamos unos botes o latas altas con cordones.

Recomiendo mucho darse una vuelta por este barrio que además tiene hoteles chiquitos y medianos muy interesantes y fuera de lo común.






Sanuk




sábado, junio 27, 2009

Retrospectiva

A veces no se para uno a pensar -especialmente al escribir en un blog- en que la vida transcurre con todos sus eventos y que uno no está siendo puntual al relatarlos. En realidad es toda una contradicción el hecho de que este blog se llame Aventuras en Asia y que ya hace poco menos de un año y medio que relata algunas aventuras en México, que es nuestro país de origen.

En medio de esa reflexión, hemos considerado hacer de este post un breve relato autobiográfico de nuestra familia a fin de que se entienda el porqué de nuestra estancia en Asia y el porqué de nuestro regreso a México. Tal vez a algunos de nuestros pacientes lectores les genere interés el conocer nuestras motivaciones. Pasemos pues a ello:

Los dos nacimos en la ciudad de México y nuestro único hijo también. Nuestra fuente de ingresos fue un negocio familiar dedicado a la fabricación de autopartes y que lo fue de toda la familia durante más de 35 años. Por allá de los años 93 o 94 y como consecuencia de la competencia que desató la globalización, tuvimos la oportunidad de asociarnos a una empresa norteamericana que se desarrollaba en el mismo campo que nosotros y la tomamos. Unos años más tarde, a raíz de la compra de esa empresa por parte de una transnacional sueca y en vista de las circunstancias del momento, nos vimos forzados a vender nuestra parte a dicha transnacional.

Ante este cambio brusco de vida, tratamos de hacer algún nuevo negocio, pero siempre desconfiando de la política PRINCIPALMENTE especialmente en estos tiempos en que por algún motivo, y en casi todo el mundo, parece hacer las cosas difíciles para los empresarios chicos y medianos que no tenemos algunas de las ventajas de las que gozan los grandes capitales.

Nuestro hijo recibió una educación fuera de lo convencional primeramente porque estudió en una escuela internacional e hizo su carrera de literatura en E.U. A los 22años cuando le parecía que se comía el mundo porque la vida le había sonreído tanto a él como a la familia, comienza lo que muchos cristianos dirían nuestro calvario, empezando porque el año en que él se graduó paso lo de las torres gemelas de tal modo que sus proyectos y empleo que tenia prometido en la ciudad de Nueva York, se vinieron abajo.

Regresando a México, nuestro hijo ayudo en algún nuevo proyecto a su papá y comenzó una segunda carrera en la Universidad Anáhuac, para terminarla (según sus sueños de entonces) en Barcelona. Comienza a estudiar catalán y a preparar todo para partir, cuando unos amigos le proponen unirse a un proyecto en Argentina y decide tomar el reto.

Este proyecto se complica mucho y al no sentir que funcionaria como se planeó, decide hacerse a un lado. Como ya desde hacía tiempo y en forma paralela se había metido en el mercado de las traducciones, se queda a vivir en Buenos Aires dedicándose a eso durante algo más de medio año disfrutando la vida porteña y adentrándose en la vida y cultura de esa ciudad. Mientras eso ocurría planea una aventura de un año por Asia, por lo que regresa a México para compartir con nosotros este proyecto y ahorrar dinero para ese año de aventuras.

Unos seis meses viajando por India (al mismo tiempo traduciendo) y luego temporaditas en diferentes países de Asia, los lleva a Bangkok forzados por el monzón y quedan encantados de esta ciudad tan sui generis. Se quedan otro medio año allí y Marcel comienza a ver posibilidades de negocio con artículos Tailandeses, así que manda algunas cosas y comenzamos a probar con conocidos.

Ante el entusiasmo nuestro y de quienes nos compraban esta mercancía, nuestro hijo vuelve a dar un salto en sus proyectos y nos propone que nos vayamos a vivir al menos un año a Bangkok y que lo combinemos con diversión y búsqueda de negocios. Viene a ayudarnos a quitar nuestra casa, vendimos prácticamente todo lo que habíamos acumulado durante más de treinta años de vida común, dejamos rentada la casa y partimos hacia Bangkok sin haber estado nunca en ningún país Asiático.

Nuestras primeras impresiones algunos de ustedes ya las han leído en éste blog que abrimos mi marido y yo al poco tiempo de encontrarnos allí. Fue una experiencia tan diferente que ambos perdimos peso, pero vivimos en año y medio con más intensidad que muchos de los años de vida juntos.

Los amigos y familia aunque no expresaban su sorpresa e incluso el pensamiento de que habíamos enloquecido, nosotros lo notábamos por los comentarios que nos hacían.
En algún relato seguramente hice alguna referencia, pero no con detalle. No sabía con certeza si el regresar era adecuado o no, pero al mismo tiempo que parecía necesitar un impulso el negocio que habíamos comenzado, nuestra única casa parecía que se vendía.

Así que al juntarse estas dos cosas y con los ahorros ya bastante al límite, tomamos la decisión de que solo Juan viniera. Ya aquí en México como habíamos comenzado a enviar piercings de plata y oro a México que se estaban vendiendo bien, decidimos que me vendría también yo para seguir impulsando esto. Cuando llegué, el negocio del piercing parecía crecer y los piercineros decían que lo que estábamos importando de Tailandia era de lo mejor. Hasta la fecha pienso que así es, pero en México la moda del piercing y el tatuaje todavía no tienen la aceptación que en otros lugares del mundo y pareció estancarse aquí en la ciudad de México donde teníamos los clientes.
La opción era entonces comenzar a viajar a provincia (principalmente a las playas), cuando nos damos cuenta de que ya teníamos en nuestras manos un producto estrella y que solo había que afinar todo.

Este producto nuevo que apenas hace un mes introducimos en las tiendas Sanborns y hace solo una semana en Liverpool, se está vendiendo muy bien porque nos esforzamos en que sea el mejor producto de limpieza de metales y joyería que hay hoy en el mercado mexicano. Esto lo digo sin ninguna duda, porque lo hemos comprobado antes de hacer o tener idea que haríamos negocio con él. Solo queríamos darles un buen servicio a nuestros clientes del piercing. Quien iba a decir que ahora ya no vendemos piercings para concentrarnos en SILVER BRITE y algunas otras importaciones.

SilverBrite

Después de todo este tiempo, hoy nos sentimos contentos con los resultados obtenidos con tanto tesón y esfuerzo, aun en tiempos de crisis. Esto nos dice que nada está escrito y para demostrarlo solo hay que ver el derrumbe que ha tenido la economía y sobre todo la parte bancaria y la financiera mundial.

Esta experiencia con nuestro hijo a nosotros nos deja la enseñanza de que nunca debemos ver a la juventud con arrogancia, pues quien les dirá que serán los hijos los que aportaran las nuevas ideas a aquellos que los enseñamos un día a todo. Para nosotros esta siendo una experiencia enriquecedora por donde la veamos, porque hemos combinado la experiencia nuestra (especialmente de mi marido), con el carácter intrépido y siempre inquieto de nuestro hijo generador de ideas y proposiciones.
Así que próximamente les platicare de donde creo le nació a nuestro hijo y a la vez a nosotros también el afán de aventura y de movimiento continuo aun cuando ya no se tienen veinte ni treinta años de edad.........


Sanuk



viernes, mayo 01, 2009

Gripe porcina, influenza, fiebre aviar, guerras, terrorismo, ¿qué está pasando ?....... yo aquí en la Condesa........

Llevamos viviendo aquí en La Condesa casi tres meses y apenas comenzábamos a disfrutar de su ambiente interesante, cuando nos ataca esta epidemia.
No le pondré nombre en vista de lo confuso que parece ser todo, porque a mi parecer, el problema real es la ¡sobrepoblación Mundial!
Me nacen las ganas de compartir mi sentir con aquellas personas que entran a nuestro blog, porque se habla, se habla y se habla de porqué, como, que hacer por los próximos días, etc.
Los noticieros son tan amarillistas que ¡ya casi se me había olvidado!, es increíble la cantidad de información correcta o incorrecta con la que se bombardea a una sociedad como la nuestra.
¿A que me refiero una sociedad como la nuestra?, pues a lo que algunos hemos detectado. Este es un país donde apenas y se lee, con carencias de todo tipo, pero las más alarmantes, el poco interés de la gente por encontrar respuestas o al menos conocer hechos y cosas, buscándolas en vez de aceptar la basura que filtran los medios de comunicación y la iglesia.

Aquí en La Condesa todo parecía tomarse con más criterio hasta que fueron caminando los días y subiendo de tono las noticias alarmantes.

Hoy se ve poca gente por la calle, los niños casi desaparecidos y desde luego se puede disfrutar de las noches tranquilas sin tanto ruido. Pero ayer que salí, me recordó tanto la novela de José de Saramago, "Ensayo a la Ceguera", que hasta me deprimió algo.
A mis ojos la forma en que ha actuado el gobierno no parece tan mala y aunque no quiero creer que hay complots como dice el presidente patito, algunas de las medidas me parecen extremas y mal elaboradas.
Pero lo más aterrador, es cómo reacciona la sociedad, esto sí que podría ser como una guerra. Cada quien se protege a si mismo, cubriendo sus bocas todo el tiempo y en todo lugar, sin pensar que ahora hay escasez de tapabocas para las personas realmente enfermas.

La gente rica que por su privilegio en todo, sienten que viven más seguros, protegidos y entre sus iguales, o sea gente "bonita" (como la llaman algunos), se ha refugiado en sus lugares, pero no dejaran de ir a bodas, primeras comuniones, fiestas, inauguraciones de lo que sea que tuvieran agendado para este mes.
Como suelen ser personas altamente sociables y llenas de compromisos, no les cabe en la cabeza que gente "bonita" los pueda contagiar de nada. Porque en sus coches o cuando se bajan de ellos, se ponen sus tapabocas.
Los hijos de estos con sus amiguitos también hacen lo mismo porque es inevitable.

La gente con menos recursos tiene que vivir el día a día y aunque parezcan indiferentes, están igualmente en su propio mundo, solo que este es abismalmente distinto que el de la clase rica.
En este mundo la única información es la tele o el radio (muchos no tienen ni acceso a computadoras), así que lo único que les queda es acatar las reglas que se les impone para permitírseles hacer sus labores.
Por lo demás, muchos viven al día y aunque nos parezcan poco pensantes algunas de sus acciones, son de sobrevivencia, porque llevan generaciones viviendo así y no conocen otra.
Entonces cuando entrevistan a un pobre vendedor de lo que sea en Chapultepec, lo que menos le preocupa es esta epidemia, sino que el parque estará cerrado demasiados días y ellos no venderán sus mercancías. ¿Quién los apoyara o se preocupara por ellos?

Pero para que el abismo social y económico todavía se haga más grande, los que tienen algo de dinero en exceso y no viven al día, corren a los supermercados a comprar de todo por si acaso.
Quizás aquellos que tienen menos, también lo harían por imitación, pero como cobran a la semana, día o quincena, se les imposibilita. ¿Tanto hablar y hablar por la tele y el radio y no podían prevenir a la gente de esto? No, porque entonces no habría tanta noticia morbosa.

¿Cual es el apuro o la inquietud de estas gentes que corren al super?, la mayoría de la población Mexicana tiene exceso de peso y ya les vendría bien comer poco y hasta nada por algunos días. Mientras se beban líquidos, no morirán estas personas que ya traen reserva de grasa y proteínas.
En fin, que da mucha pena ver la incongruencia con la que reacciona la masa y el provecho que se saca de todo ello, ¿porque no empezamos a ejercer el pensamiento con más claridad?

¿Que no se da cuenta la gente que el problema Mundial y especialmente de países pobres como el nuestro es la cantidad de gente que hay y que se siguen reproduciendo?
En los años setentas me parece (sin consultar datos serios), que éramos menos de cincuenta millones en este país, hoy somos casi ciento veinte millones!!! ¿Como no se va a quejar el planeta?
Pero eso sí, todo mundo tiene una excusa para tener hijos, mientras que la mayoría de las parejas que trabajan todo el día, con miles de compromisos sociales, etc., tienen que tener hijos aunque no puedan atenderlos. ¿Porque no mejor adoptan habiendo tantos huérfanos? Harían una buena obra, como aquellos que de plano no pudiendo apagar el instinto maternal, tienen un solo hijo, para dejar que los que vienen detrás puedan tener alguna oportunidad de reproducirse.
Pero eso sí, hasta amigas con cuatro, cinco y más hijos me bombardean con cuidar el agua, no tirar esto o aquello y demás. Forwards aterradores muchos de ellos con mil mentiras de como se comportaría la naturaleza ante esto o aquello, ¿no les da pena pensar que con apenas 35 años, algunas ya tienen demasiados hijos?

En fin, lo que hoy se ve más claro es esta ceguera colectiva e individualismo extremo junto con un deseo de que algún milagro nos asegure que no moriremos de nada que no sea algo relacionado con la vejez y en un limpio y bien atendido hospital, rodeados de nuestras numerosas familias.
Que iluso es todo lo que se ha fabricado para mantenernos asustados y fantaseando en la seguridad total para nosotros y los que amamos.
Decía el filosofo Krishnamurti que: "El temor, el miedo el anhelo de seguridad, de protección, llevan al hombre a formar partidos políticos o agrupaciones religiosas, con las cuales se identifican........ así los antagonismos se desarrollan y las guerras continúan".

Sanuk


miércoles, abril 08, 2009

EL MEDITADOR DE LA CIA 3a. y última Parte

La primera hora de meditación, antes de la salida del sol, era la más hermosa. Un viento fresco, cargado de aromas, soplaba desde el valle, atravesaba la terraza, rozaba aquellas masas triangulares e inmóviles de gente envuelta en mantas y desaparecía en el bosque de la colina, tan oscuro todavía. La presencia de John, envuelto como estaba en aquella manta blanca que le cubría la mitad del rostro era alentadora. A sus pies, el general era la prueba de que meditar era posible: permanecía inmóvil, pero de algún modo estaba muy lejos de nosotros. Yo, sentado, observaba detenidamente aquella muda escena de paz antes de cerrar mis ojos. Me parecía que el grupo liberaba una gran cantidad de energía, y que el esfuerzo común elevaba el esfuerzo de cada uno.

La mañana del octavo día conseguí elevar el mío. Las piernas me dolían mucho, estaba a punto de volver a rendirme, pero de repente mi sufrimiento se apaciguó, el dolor dejó de darme miedo, empezó a disolverse y desapareció. Lo había logrado. Mi mente ya no era un mono que saltaba de rama en rama. Fue un placer enorme. Después, oí las palabras de John: . Incluso el placer de haber domado la mente, de haber dominado el dolor, era pasajero: era aniicia, y dejé que se fuese. Regresé al punto en el que la respiración toca la piel y me pareció verme desdoblado: la mente, fuera de mí, miraba al cuerpo, y este se había reducido a un esqueleto insensible a través del que sentía y veía soplar la brisa del alba. Una sensación que nunca antes había experimentado. Oí la voz de John pronunciando su amen y el gong anunciando el desayuno, pero permanecí inmóvil, como si hubiese perdido parte de mi pesada humanidad.

Las horas que siguieron no fueron tan excepcionales, pero el tiempo pasaba sin que esperase su final con impaciencia. Meditar ya no era una prueba de resistencia contra reloj, como estar bajo el agua hasta que se siente que los pulmones estallan. Meditar se había convertido en lo que debía ser: un ejercicio de concentración. Tuve la impresión de algo, como a nadar o a leer. Ahora me tocaba a mí. Había puesto riendas a esa bestia que era mi mente: ahora se trataba de decidir hacia donde cabalgar.

Usé la pausa del mediodía par ir a meditar sobre la cascada. Después del anapanaa, entré en la piel, me perdí en una célula y se me abrió el vacío. Vinieron a mi encuentro imágenes doradas de rostros conocidos: mi madre, mi padre.....Después llegaron rostros desconocidos; después, bellísimos colores. ¡Lo había logrado!

De nuevo tuve fortísimos calambres y no pocas dificultades, pero ya sabía que eran pasajeros y que era capaz de regresar a aquella puerta y de atravesarla. Había entendido especialmente la grandeza de John y de su método: alcanzar la idea de no permanencia, alcanzar la conciencia de aniiccia, usando el dolor que provoca la inmovilidad. Una vez aceptado que aquel dolor era tan pasajero como todo el resto, el gran paso estaba dado.

Aquella experiencia me reafirmó en mi hipótesis: la fe exclusiva en la ciencia nos había restado a los occidentales un interesante bagaje de conocimiento. Al enfilar la autopista del saber científico, habíamos olvidado el resto de los senderos que, en otro tiempo, también nosotros conocimos. Tenía la prueba: el dolor no es solo un fenómeno físico controlable mediante una pastilla. Se puede llegar al mismo resultado adiestrando la mente.

¿Era esa la respuesta a la pregunta de Leopold? ¿Era posible que haber aprendido a usar la mente fuese algo que guardar en la maleta y llevar conmigo, de modo que al volver a Europa tuviese algo más que explicar que un puñado de viejas historias de marinos?

La ultima hora de meditación se dedicó a la práctica de la La idea era que, al finalizar el curso y ya con la mente calmada y purificada, todos compartiésemos los méritos adquiridos con la práctica. Era un himno al amor, y John lo concluyó leyendo la magnifica carta de San Pablo a los Corintios: . Y nada es lo que han añadido veinte siglos de pensamiento.

Después se recitó una larga lista de personas, a las que dedicamos nuestro agradecimiento y parte de los por haber contribuido al curso. Entre ellas se hallaba la propietaria de uno de los massage-parlours más famosos de Bangkok, quien habría proporcionado todas nuestras comidas vegetarianas. ¡Así es Tailandia!

Fuimos al fin liberados de los votos y del compromiso de guardar el Noble Silencio. Durante la noche se celebraría una cena ---- no vegetariana y regada con buen vino ---- para celebrar el final de nuestro retiro y para que los participantes pudiésemos hablar y conocernos. ¡No era lo que yo deseaba! Cogí mi mochila y me fui de allí.


La casa de Dan Reid estaba a media hora de automóvil de Pongyang; llegué a la caída del sol. Era una casa magnifica: construida completamente en madera según en el viejo estilo tailandés, estaba junto a la orilla de un río y disponía de una enorme terraza sobre el agua. Dan, que estudió chino en Berkeley, vivió quince años en Taiwán y aprendió Tai Ji chuan y Kung Fu, conoce y practica diversas religiones, del taoísmo al lamaísmo. Dan también es alguien que busca. Esta convencido de que en el pasado chino y tibetano existió una sabiduría hoy perdida, y utiliza su gran conocimiento de la lengua como llave para abrir esa caja fuerte olvidada. Ha escrito libros sobre métodos taoístas para mantenerse sanos, longevos y sexualmente activos. Yuki, su esposa, se ocupa de ciencias ocultas chinas y es, al igual que Dan, una gran experta en meditación.

Cenamos a base de tres distintos tipos de arroz y de minúsculos calamares. Eran los primeros que veía en mi plato, y me causaron cierta aversión.

Hablamos de gemas y piedras que, llevadas encima, sirven para atraer energía y alejar los peligros. Yuki dijo que creía en la desmaterialización de ciertos objetos. Explicó que, cuando era niña, una mujer le dobló los huesos de la mano para que entraran por la fuerza dos brazaletes de oro que quedaron en su brazo. Un día, al despertar, comprobó que uno de aquellos brazaletes había desaparecido. Era imposible que lo hubiese perdido. Lo buscaron por todas partes, pero no lograron encontrarlo. La única explicación posible fue que se había desmaterializado. Se había convertido en energía. Yuki dijo que las viejas historias chinas están plagadas de sucesos de ese tipo.

Dan estaba escribiendo un libro de cocina china, y nos habló de una tarde que pasó en un nuevo restaurante de Cantón, muy especial. Las mesas estaban dispuestas en tres niveles alrededor de una enorme jaula de hierro, en cuyo interior se exhibían varios animales cuyo destino era servir de alimento: perros, serpientes, monos, osos y otras . Uno de los monos no tenía manos, porque su cliente sólo quiso comerse las palmas. Una vez cauterizada la herida con hierro al rojo vivo, el desdichado volvió a la jaula y allí esperaba, entre gritos de dolor, a que un cliente le quisiera comer su cerebro en vivo. Los cocineros de blanco uniforme entraban y salían de las jaulas con los trozos que pedían los clientes y las pobres bestias, que ya habían entendido la suerte que les esperaba, se ponían a gritar como posesos cada vez que alguien vestido de blanco se les acercaba, aunque sólo fuese para ir al baño.

---- En la próxima vida ---- dije yo ----, en aquel restaurante los monos serán cocineros y los cocineros, simios.

---- Fíjate, fíjate ---- rebatió dan ----. Sigues siendo occidental y cristiano. Tienes la necesidad de creer que hay justicia en alguna parte. Para un budista, en cambio, no es así. ---- Tuve que admitir que los diez días de meditación no me habían quitado el deseo de ajustar cuentas con los .

Dormí en la terraza a pierna suelta. Me desperté a las cinco sin necesidad de gong, fui a poner tres varitas de incienso en la sala de los Budas y medité frente al río durante más de una hora.

Me sentía muy bien, fuerte y purificado. Aquellos diez días de silencio, abstinencia y esfuerzos me habían renovado profundamente. Era el 23 de enero y, según el calendario chino, aún faltaban dos semanas para que acabase 1993 y, con él, mi año sin tomar aviones Pero sentí un gran deseo de reafirmarme como florentino, de volver a tener mi destino en las manos y de desafiar aquella prohibición con la que llevaba conviviendo trece meses.

Durante el desayuno anuncié que volvería a Bangkok en avión.
---- Tienes razón ---- dijo Yuki ----. Hoy es un día extremadamente propicio para ti. ---- Al levantarse, Yuki fue a meditar en la sala de los Budas y vio mis varitas de incienso. Leyó mi futuro en el modo en que cayeron las cenizas ----. No hay ningún problema. De verdad: ningún problema ---- siguió diciendo. Y me causó un gran placer. ¿Significaba eso que creía en los mensajes de la ceniza? ¡Y porqué no!

Era domingo y, sin haber hecho reserva, no fue fácil encontrar plaza en los vuelos Chiang Mai- Bangkok. Esperé horas y horas en el aeropuerto. Después me llamaron para el vuelo TG 119. ¿Un buen numero? me pregunté, como si lo hiciese siguiendo una vieja costumbre.

Todo se desarrolló con absoluta normalidad: la musiquilla, los cinturones de seguridad, el despegue, el anonimato de los pasajeros..... Cerré los ojos, me concentré en el punto en el que mi respiración toca la piel y seguí conociendo la niiccia hasta que noté como las ruedas pisaban la pista del aeropuerto de Bangkok.

Recordé algo que dijo el general en uno de los Discursos del atardecer: si uno muere meditando y la mente esta quieta en el ultimo instante, la reencarnación tendrá lugar en un lugar de gran paz y tranquilidad.
Esa ocasión me la perdí.



Sanuk


sábado, abril 04, 2009

EL MEDITADOR DE LA CIA 2a. Parte

Observaba meditar a John en su tarima, apenas por encima de mí, envuelto en una manta blanca e inmóvil como una estatua de yeso. Se veía relajado y concentrado; su frente estaba laxa y sus labios dibujaban una ligerísima sonrisa que casi me parecía burlona, como si con sus ojos cerrados pudiese ver algo que a mi me era negado, como si con aquellas grandes orejas de lóbulos anchos oyese algo más que el silencio de la naturaleza. John había dado aquel primer paso. No sé hacia qué , pero desde luego si hacía una que provocaba una calma que flotaba a su alrededor como un halo.
¡Extraña historia, la suya! Había nacido en Pensilvania en 1930, hijo de una humilde familia de mineros. Empezó a trabajar como mecánico y después como fotógrafo. Mientras cumplía el servicio militar, fue destinado a Japón: el proceso contra los criminales de guerra en Tokio tocaba a su fin, y John fue enviado para fotografiar a los imputados mientras les eran leídas sus sentencias de muerte. Una vez licenciado, regresó a los Estados Unidos, estudió en la universidad y logró ingresar en la CIA. Allí fue adiestrado en una tarea muy particular: abrir y cerrar todo tipo de cerraduras sin que nadie lo advirtiese. Las de una casa, de una oficina, de una embajada o incluso de una caja fuerte. Sus misiones consistían en llegar a una ciudad, estudiar durante semanas un edificio para poder entrar en él, fotocopiar documentos y regresar a casa. En 1950 fue enviado a Trieste y, después, a Roma. Llegó a Tailandia en 1954, para adiestrar a la policía fronteriza. Allí quedo impresionado por el budismo y empezó a meditar. Pasaron algunos años; en la CIA creyeron que su agente se había vuelto loco, de modo que le concedieron una pensión de invalidez por . Mientras tanto, John dirigió el Oriental Hotel de Bangkok durante un tiempo, después se casó, tuvo dos hijos y siguió meditando hasta convertir la meditación en su nueva misión.
En el tercer Discurso del atardecer sobre el Dharma, (un lenguaje que me revolvía el estomago), John dijo que la gran contribución de Buda fue la de haber entendido que la esencia del mundo esta en su inestabilidad, en su falta de permanencia o niiccia. De ahí viene todo el sufrimiento. La única vía para salir del dolor consiste en tomar conciencia de esa aniiccia.
Y así, pasados tres días de anapanaa, de concentración en el punto inmediatamente bajo la nariz donde la respiración toca la piel para tomar conciencia de las sensaciones de contacto, de calor y de movimiento del aire, pasamos a la autentica meditación: la vippasanaa o meditación interna. Ahora se trataba de dirigir aquella , a la contemplación del propio cuerpo.
Teníamos que empezar fijando toda la mente en aquel punto bajo la nariz, para después moverla hacia arriba, hacia el centro de la cabeza ---- entendí porque muchas estatuas de Buda tienen una llama en ese punto ----; y entonces, desde el punto más alto del cuerpo, muy lentamente y sin perder el control, debíamos trasladar la mente a la piel y debajo de ella, al cráneo y al interior del cerebro, a los ojos y a la nariz, y descender despacio hacia el interior del pecho (a los pulmones, el corazón, las venas, los huesos, el estomago) y aun más abajo, hacia las piernas y los dedos de los pies. Y no debíamos pensar en ninguna otra cosa, sino que nuestra mente debía ser como una linterna apuntando en la oscuridad de una caverna, debía tomar conciencia de cada sensación y darse cuenta de como todas ellas son transitorias; de como el dolor, el placer, la caricia del viento o un sonido, son siempre transitorios. Seguid conociendo la aniiccia.... La Aniiccia lo es todo>, repetía John con voz lenta y profunda. Conocer la aniiccia. Una hora tras otra, un día tras otro. Sin intercambiar una palabra con nadie y siempre conscientes de cada gesto, de cada paso al caminar, de cada bocado al comer, aunque estuviésemos fuera de la meditación. Podíamos sentir como cada sorbo de agua descendía hacia nuestro estomago, hasta posarse en él.
Alternándose en la tarima con el general, John empezaba sus horas de meditación con una plegaria que esperaba con placer:

Que todos los seres puedan liberarse
de la ignorancia, de los deseos, de las aversiones.
Que todos los seres puedan liberarse
del sufrimiento, del dolor, de los conflictos.
Que todos los seres puedan llenarse de infinita
gentileza amorosa y ecuanimidad.
Que todos los seres puedan alcanzar
la total iluminación>.

Y yo esperaba su amén aun con mayor placer, porque con él llegaba el final de la tortura. No hacía ningún progreso. Con grandes esfuerzos y dolores, conseguía estar más quieto que al principio, pero no estaba allí para eso. Mi objetivo era aprender a meditar, pero mis logros equivalían a cero. Me sucedía exactamente lo que un famoso monje muy versado en la meditación le dijera a John años atrás: .
A medida que pasaban los días, John me resultaba cada vez más y más convincente. No había en el nada de falso o presuntuoso. Era un hombre simple que creía haber descubierto una gran verdad. Era un laico que hacía un ejercicio no necesariamente religioso, pero si espiritual.
Cada vez que entraba o salía de la terraza de meditación, se volvía al Buda para saludarle con las manos unidas a la altura del pecho: simplemente, un gesto de agradecimiento y de respeto por haberle indicado el camino del Dharma. No había en el la menor traza de esa religiosidad chabacana de tantos otros convertidos.
¿Se trataba acaso de la que, según el joven adivino de Kentung, debía encontrar? Los hechos parecían coincidir perfectamente con la profecía; pero cuando John nos explicó en su discurso del atardecer que en sus inicios en Tailandia nadie quería enseñarle a meditar, hasta que finalmente encontró en Rangún a su gran maestro, noté un ligero escalofrío. , dijo. ¡Si! ¡Era el mismo nombre! , me había dicho el joven de Kengtung, . ¡Lo estaba siguiendo!
U Ba Khin era birmano. Nacido en 1899, entró en la administración colonial inglesa e hizo carrera en ella. Cuando en 1948 la Unión Birmana alcanzó la independencia, fue nombrado director general del Ministerio de Economía, Devoto budista, mostró interés por la meditación desde su juventud, y decidió poner al alcance de los laicos esa práctica espiritual que los bonzos habían monopolizado durante siglos. O se hacía monje, o era imposible meditar.
U Ba Khin empezó impartiendo cursos a sus empleados en el ministerio; después, en 1952, fundó en Rangún el Centro Internacional de Meditación. Cuando murió en 1971, la meditación se había convertido en un ejercicio espiritual accesible a cualquiera, como había sido dos mil quinientos años atrás, en los tiempos de Buda. Su método consistía en concentrar todos los esfuerzos en un curso de apenas diez días, de manera que el laico pudiese volver a su vida normal con la capacidad de meditar por su cuenta.
Según una de las anécdotas que John explicaba para amenizar sus Discursos del atardecer, el primer discípulo de U Ba Khin fue un jefe de estación. Viajando como inspector ferroviario por una remota zona de Birmania, U Ba Khin fue en su búsqueda acompañado por el responsable de la única estación de la zona. Cuando llegaron, una monja les dijo que el maestro estaba muy ocupado y que no recibía a nadie. , dijo U Ba Khin. En lo alto de un largo poste se alzaba una especie de cabaña-nido de hojas de bambú, en la que el monje llevaba varios días encerrado, meditando. Se abrió una portezuela, salió una nube de moscas y, después, U Ba khin vió como se asomaba la cabeza del arahant.
---- ¿Que buscas? ------pregunto simplemente el monje.
---- El Nirvana ---- respondió U Ba Khin.
---- ¿Y como crees que lo alcanzarás?
---- Entendiendo la aniiccia.
---- Muy bien. Entonces, enseña a los demás ---- dijo el arahant. Y, tras cerrar la portezuela, volvió a su meditación.
U Ba Khin ordenó al jefe de estación que adoptase la posición del loto y le pidió que espirase concentrando su atención en el punto en el que la respiración toca la piel.
El haber puesto la meditación al alcance de todos dio nueva vida a su práctica y facilitó su difusión en Occidente. John fue uno de los primeros discípulos de U Ba Khin, y el propio maestro le autorizó a enseñar en Europa.
---- Entonces, maestro, tú que conoces Occidente, no te ofenderás ---- le dije aprovechando el único momento en el que, llamado a su bungaló para referirle mis progresos en la meditación, estuve autorizado a romper mi Noble Silencio ----, no te ofenderás si te digo que en todos estos días no he logrado meditar ni un sólo minuto; que, en lugar de concentrarme en mi nariz, mi mente ha hecho de todo: desde pintar mi casa de campo hasta un proyecto para ampliar mi biblioteca. En lugar de pensar en la respiración, he pensado en cosas que debo escribir y en lo absurdo que me resulta estar aquí; cuando tu dices que pensemos en la , pienso en apretar la tuya, porque me obligas a esta tortura; cuando dices , pienso en las que hay bajo las faldas de todas las tailandesas que hay a mi alrededor. ¡Incluso en las de esa vieja y fea de la última fila!
John rió divertido.
---- No desesperes ---- dijo ----. Todo eso de lo que me hablas es pasajero. Terminará. Es posible que tu mente lleve siglos sin estar bajo control. ¿Y tú quieres domarla de buenas a primeras? ¿En pocos días? Espera. Insiste. Continúa conociendo la aniiccia.
La idea de que mi mente no se hubiese ejercitado me hizo reír. Pero, ¿quien sabe? Podía ser cierto.
Desde siempre, lo que más me ha gustado del budismo es su tolerancia, la ausencia de pecado, la falta de ese peso sordo que nosotros los occidentales, en cambio, llevamos siempre detrás y que, en el fondo, constituye la cola de nuestra civilización: el sentimiento de culpa. No hay nada en los países budistas que sea terriblemente reprobable. Nadie te echa nada a la cara, nadie te sermonea o intenta darte una lección. Por eso, se trata de países agradables, en los que se sienten a gusto muchos jóvenes occidentales que viajan hasta ellos en busca de libertad.
El budismo te deja en paz: nunca te pide nada, y mucho menos que te conviertas al budismo. Una de las prohibiciones de los monjes budistas es la de enseñar su religión a quien no lo pida expresamente; otra ---- muy interesante ---- es la de no jactarse por sus progresos en la meditación. El budismo siempre te deja ser lo que tú quieras. Dice que no hay que matar, pero todos matan. ¿Y los asesinos? Es su problema. ¡Tendrán reencarnaciones malas! Ninguno intenta hacer justicia aquí y ahora. Al contrario: no nos corresponde a nosotros hacerla. Por eso, la caridad no es un deber moral. Al contrario: ayudar a los pobres les impide liberarse de su karma negativo; hacerse cargo de un leproso significa impedir su salvación a través del sufrimiento y privarle de un renacimiento positivo. ¿La casa del vecino arde? ¡Tendrá algo que ver con su vida anterior!
Más que una religión, el budismo es un modo de vivir; es una interpretación del mundo desde el punto de vista de una sociedad campesina que, al estar siempre muy cerca de la naturaleza, necesita explicarse su absoluta crueldad. En la naturaleza no hay justicia; en ella nunca se pasan cuentas. Entonces, ¿por que querer pasar cuentas entre los hombres, si estos también son parte de la naturaleza?
El budismo tampoco tiene aspiraciones de conquista, no es misionero ni va a la caza de almas. ¿Quieres ser budista? ¿Si? ¡Lograrlo es tu problema! Por eso, nunca se ha enseñado la meditación. Y no es casualidad que la difusión mundial que hoy vive el budismo ---- además de por el fenómeno tibetano ---- se deba principalmente a los convertidos occidentales que, al no haber perdido su instinto de cruzados, abren centros por doquier para difundir esta religión.
En el fondo, si se toma en serio y se lleva a sus últimas consecuencias, el budismo es la negación de la sociedad civil y, en consecuencia, del progreso. Si todo es transitorio, si no es posible huir de la ley de causa y efecto y la única salvación consiste en adquirir indiferencia por la vida, en meditar para escapar del terrible ciclo de nacimiento y muerte, entonces nada tiene importancia, todo es inútil, todo debería detenerse: una visión de gran pesimismo y de consecuencias nihilistas.
¿Que sociedad resultaría si sus miembros llevasen estas ideas a sus últimas consecuencias? Una sociedad auténticamente budista solo podría ser inmóvil e inactiva. Por supuesto, en la práctica no ha existido nunca una sociedad así, sino que todas han seguido existiendo gracias a una formula de extrema tolerancia: han dejado meditar a los monjes (por lo general, solo a los menos dotados, mientras que los más inteligentes se dedicaban a la doctrina) y han dejado que la gente manteniendo vivos los monasterios con sus donaciones. Los comunes mortales seguían viviendo según su naturaleza, mientras que los bonzos servían con su ejemplo para recordar todas las virtudes que los demás no podían alcanzar. Así, se establecía un equilibrio y la sociedad avanzaba, olvidando el pesimismo.



Sanuk


sábado, marzo 28, 2009

EL MEDITADOR DE LA CIA

Quiero compartir con los lectores de mi blog (como he hecho en otras ocasiones), algo que escribió el magnífico periodista y escritor Italiano Tiziano Terzani, sobre su experiencia Budista y meditativa.
De su libro que por cierto recomiendo mucho leer, "Un Adivino me dijo", viene este capitulo que me pareció que interesará a aquellas personas que como yo, seguimos buscando, leyendo y experimentando esto de la meditación.





Por el tamaño de lo escrito, hemos decidido publicarlo en tres partes. Aquí va la primera.

EL MEDITADOR DE LA CIA

Y así....., yo también fui capaz. Tan quieto como una piedra, sentado en el suelo con las piernas cruzadas y las manos a la altura del ombligo, una sobre otra, con las palmas vueltas hacia arriba; la espalda recta, los hombros relajados, los ojos cerrados......
Pensaba solo en la punta de mi nariz, buscando ese instante en el que la respiración, lenta y ligera, entra y sale hasta que toca un preciso punto de la piel. Así, una hora tras otra. Un día tras otro: sin pronunciar palabra, comiendo vegetariano ---- la última comida, antes del mediodía ----, traerme, intentando ser consciente de cada gesto, de cada pensamiento, de cada sensación.
La meditación: había pasado media vida en Asia y nunca me había interesado en practicarla. Oía hablar de gente que lo hacía, que acudía a cursos, pero me parecía algo que nada tenia que ver conmigo: cosas para desorientados, una respuesta evasiva a los problemas del mundo. Resulta increíble, pero así es. Había visitado decenas de templos en China, en Japón, en el Tíbet, en Corea, en Tailandia o en Indochina; había pasado días y días en monasterios budistas, pero nunca me había planteado el tema de la meditación. ¿Para que sirve? ¿Como se practica? ¿Cual es su sentido?
Había acumulado diversos Budas y convivido con ellos ---- uno birmano, de bronce, presidió silenciosamente mi biblioteca durante más de veinte años-----pero lo hice solo atraído por la belleza plástica de las estatuas. Nunca me había preguntado que hacían allí, sentados en la posición de loto, con aquella sonrisa magnánima, los ojos semicerrados, una mano sobre la rodilla y la otra tocando el suelo. De verdad que nunca me lo había preguntado, como alguien que no se haya preguntado nunca por el sentido de ese Cristo crucificado que tiene sobre su cama desde que nació.
Pero la vida es un continuo desaprovechar. ¡Con cuanta buena gente tropezamos sin darnos cuenta de ello, y cuantas cosas buenas nos pasan desapercibidas por el camino que hacemos cada día, de vuelta a casa! Pero siempre encontramos la ocasión precisa: por alguna especie de azar alguien te detiene y te hace prestar atención a esto o a aquello. El camino que me había llevado al retiro de Pongyang fue un autentico laberinto, pero al final, en parte atendiendo a los consejos de los adivinos ---- ¡Medita!, me dijeron muchos de ellos ---- y en parte siguiendo los guijarros blancos diseminados por Karma Chang Choub, decidí hacer caso a Leopold. Después de haberme hablado de su maestro en tantas ocasiones, Leopold me dijo en noviembre que John Coleman vendría a Tailandia para celebrar uno de sus famosos cursos y me recomendó inscribirme en el.
---- Debes entender la meditación ---- decía ----, de otro modo, ¿que has estado haciendo todos estos años en Asia?
La idea de aprender a meditar gracias a un americano ex agente de la CIA me pareció extraña, pero es bien cierto ---- como Leopold decía ---- que a veces se necesita a un mediador occidental para llegar a entender ciertas cosas de Oriente.
El retiro se hallaba en Pongyang, en el Norte de Tailandia. Se trataba de una serie de bungaloes de madera y techo de paja, esparcidos en el lado de un valle estrecho y verdísimo entre gigantescos arbustos de bambú, manchas de flores y poblados bosquecillos; en el otro lado del valle se alzaba la vieja jungla, con sus árboles de enormes y espumosas copas. El pabellón de meditación era una terraza de madera, escasamente alejada de una cascada de aguas espumosas. Después, el torrente formaba un pequeño lago rodeado de flores rojas y naranjas.
La jornada empezaba antes de la salida del sol con el sonar de un gong que, desde la terraza, retumbaba gentil pero severo por todo el valle, haciendo que muy pronto apareciese la treintena de linternas de los participantes que, como luciérnagas en la oscuridad, remontábamos la colina. Después, cada uno ocupaba un puesto sobre su cojín cuadrado y meditaba durante una hora encarado a una tarima baja situada junto a un pequeño altar con un Buda y algunas flores, sobre la que meditaba el . Seguían el desayuno, dos horas de meditación guiada con un intervalo de quince minutos, el almuerzo ---- vegetariano ---- a las once, dos horas de reposo y, después, de nuevo dos horas de meditación. Al atardecer recibíamos una lección sobre el Dharma, la vía de Buda. El gong marcaba el ritmo de las horas. Sonaba por última vez, lento y caluroso, a las nueve: la hora de acostarse.
Necesite doce horas de tren y una de automóvil para llegar a Pongyang, pero estuve a punto de irme en el preciso instante en que llegué. Cuando lo hice, el resto de participantes ya estaba allí. Se trataba en su mayoría de mujeres de mediana edad: ninguna era hermosa, ninguna era amada, pero todas eran inteligentes y aun sentían curiosidad, de manera que ninguna aceptaba los mediocres roles que la sociedad les asignaba y, por ello, todas se hallaban en plena crisis vital. Eran el mismo tipo de mujeres que había encontrado en mis visitas a adivinos a lo largo del año. Las tailandesas eran las más ricas, mientras que las extranjeras se habían curtido en otras meditaciones ----algunas de ellas, como ocurre con todos los convertidos, eran fanáticas budistas ----. En cuanto a los hombres, no había ni uno solo interesante. Un suizo decía estar allí porque la salud era su ; otro, un pintor canadiense, porque la meditación le ayudaba a pintar mejor. Y yo, ¿que hacía allí? Me sentía como el paciente que, en la crujía de un manicomio, intenta convencerse de que esta allí por error, o de que no se encuentra en condiciones tan graves como las de sus vecinos.
Además de eso, los ---- John Coleman tenia un asistente y traductor tailandés ---- formaban una insólita pareja. Coleman, un hombretón grande y pesado, juvenil y simple, no tenía en absoluto ese aire ascético y santo que me esperaba en un meditador. Su asistente ---- de unos sesenta años, flaco, tieso y elegante, con sus cabellos blancos cortados al cero como un marine ---- parecía exactamente lo que era: un general de la policía.
John y el general se conocieron en Bangkok a principios de los años cincuenta. Y fue precisamente este último ----entonces un joven capitán-----, quien introdujo a John ---- en aquel tiempo, un joven agente secreto norteamericano con la cobertura de businessman ---- en la senda de la meditación. Con los años, el capitán hizo carrera: fue aide de camp del rey y se había jubilado recientemente con la fama de haber sido uno de los jefes de policía más honestos que jamás haya tenido Tailandia. Devoto budista, había practicado la meditación durante más de cuarenta años, y ahora se tomaba como un autentico deber el enseñar a los demás.
Vencí mi arrogancia y decidí quedarme. Los primeros días fueron muy duros. La posición del loto me parecía muy cómoda apenas me sentaba, pero después de un cuarto de hora se hacía insoportable y, después de media hora, se convertía en una autentica tortura: mis rodillas parecían llenarse de alfileres, la espalda era un puro calambre y el deseo de moverme se hacía fortísimo. No conseguía ni siquiera por un instante. En lugar de concentrarse en el punto en que la respiración toca la piel, mi mente se convertía en , como John nos había advertido que podía suceder, y era del todo incapaz de crear .
---- Piensa solo en ese punto, siente solo la sensación de tu respiración tocando la piel. Piensa solo en ese punto..... ---- decía muy despacio John, sentado en su tarima como un enorme Buda de cera ----. En el instante en que la respiración toca la superficie de la piel, los tejidos nerviosos responden con una sensación, con la experiencia del tacto.... Sé consciente de esa sensación.... Sé consciente de la respiración que entra, que sale.... y los fuegos de la avaricia, del odio, de la ignorancia, del deseo, de la aversión, se extinguirán, y la mente quedara en calma, serena, libre del miedo y de la angustia....
Yo tenia los pies debajo de las rodillas, los ojos cerrados, las manos quietas, pero cuando no se fijaba en el dolor de las piernas o en mis ganas de levantarme y gritar, mi cabeza iba en todas direcciones: huía sin que pudiese retenerla. No la dominaba: no era mía. Inútil. El dolor se hacía insoportable y, antes de que John anunciase el final de la hora (interrumpiendo el silencio con su amen particular: ), yo cedía, me movía, cambiaba de posición, abría los ojos.......y me sentía frustrado viendo como los demás continuaban con total serenidad.
Estuve a punto de irme en varias ocasiones. ¿Que sentido tenia permanecer con los ojos cerrados ante una naturaleza tan hermosa? ¿Que sentido tenia pensar en negarme todo pensamiento e imponerme artificialmente un dolor, si antes o después la vida entregaría a todos una dosis, incluyéndome a mi mismo?
Escuche los primeros sermones del atardecer irritado por su mensaje.
---- En la vida, todo es sufrimiento. Se nace provocando sufrimiento, se muere sufriendo. Se sufre por lo que se quiere, se sufre cuando se tiene por miedo a perderlo.... ----- decía John. Me fastidiaba oírle hablar de o de . La idea era que, tras pasar los primeros tres días pensando únicamente en ese punto donde la respiración toca la piel, la mente lograría calmarse. Tanto el ejercicio ---- llamado anapanaa ---- como su explicación me parecieron intelectualmente humillantes.

Sin embargo, no faltaban los placeres. Uno era el silencio. En la ceremonia de apertura, nos comprometimos de manera bastante formal a respetar los Cinco Preceptos durante la duración del curso: no matar (y esto valía para todo ser vivo, incluidos los mosquitos, por lo que en Pongyang no se usaban insecticidas), no mentir, no tomar lo que no fuese dado, no tener relaciones sexuales () y no tomar sustancias intoxicantes (este se refería a no beber café ni fumar). Además, nos comprometimos a no comer pasado el mediodía, a no llevar joyas, a no usar perfumes y a no dormir en una cama demasiado cómoda. También debíamos guardar el Noble Silencio (es decir, no molestar a los demás hablando o murmurando). Eso me resultó magnifico.
Durante los paseos entre una y otra meditación nos cruzábamos con los otros participantes, pero no era necesario entablar conversación: bastaba con un mudo ademán de la cabeza. En la mesa no había necesidad de decir cualquier cosa para llenar vacío, a veces insoportable, con banalidades aun más vacías. Cada uno estaba siempre a solas consigo mismo.
El silencio fue un gran descubrimiento porque, sin las palabras de los demás, me di cuenta de que la grandiosa belleza de la naturaleza está en su silencio. Miraba las estrellas y notaba su silencio; la luna no hacía ningún ruido y el sol salía y se ocultaba sin ni siquiera un murmullo. Incluso el fragor de la cascada, los gritos de las aves o el soplar del viento entre las frondas de los árboles, me parecían parte de un extraordinario, animado, cósmico silencio del que gozaba y en el que hallaba la paz.
Me pareció que el del silencio era un derecho natural que nos han quitado. Pensé horrorizado en cuanta vida se nos va aplastada por la cacofonía que nos hemos inventado con la ilusión de que nos cause placer o nos haga compañía. Todos deberíamos reafirmar este derecho al silencio de vez en cuando, y concedernos una pausa: una pausa de varios días de silencio para escucharnos a nosotros mismos, para reflexionar y recuperar un poco de higiene.
Otro placer venía del esfuerzo. Con el paso de los días, el haberse comprometido a respetar las prohibiciones adquiría cada vez más valor, y el mantener ese compromiso nos daba la sensación de obtener una fuerza. John decía que aquel esfuerzo servía para necesaria para alcanzar el estado de meditación. Y era cierto que, lentamente, el hecho de realizar un esfuerzo nos hacía merecedores de alguna recompensa. , repetían John y el general, dándonos a entender que, a fuerza de concentrarnos en aquel punto donde la respiración toca la piel, tomaríamos el control de nuestra mente y, con ello, nos abriríamos nuevos horizontes.
Aquella era la verdadera razón de que yo estuviese allí. Durante todo aquel año pasado entre adivinos, de alguna manera había terminado por encontrarme frente a la palabra y quedar fascinado por la posibilidad de sus . Se me ocurrió pensar que el uso de la mente en Occidente se había ido limitando a causa de una serie de distintas razones, y que con ello se había perdido gran parte de su capacidad. Me interesaba descubrir aquella vía olvidada, si es que había existido realmente. ¿Podía atrofiarse la mente como cualquier otro órgano que no se aproveche en todo su potencial?
Pensaba en mí mismo. Desde hace años, corro algunos kilómetros cada mañana, hago gimnasia e intento ejercitar los músculos que me son más útiles. ¿Pero cuando me he ocupado de mi mente? ¿Cuando he hecho ejercicios para forzarla, para permitirle demostrar donde es capaz de llegar? La mente es uno de los instrumentos más sofisticados que tenemos a nuestra disposición, y ¡no la tratamos con el mismo cuidado que dedicamos a los músculos de las piernas! No la enseñamos a concentrarse, no la adiestramos en el desarrollo de ciertos poderes que algunos le han atribuido en el pasado.
Alexandra David Neel, la extraordinaria exploradora francesa del Himalaya durante la década de los treinta, hablo de lamas tibetanos capaces de desmaterializarse con la mente, y de otros capaces de comunicarse entre si a gran distancia. ¿Todo falso? Quizá no. Quizá hay algo en la mente humana que hemos perdido con el tiempo. La hipótesis de que en algún rincón del mundo todavía existan seres humanos capaces de usar la mente de ese modo, empujó a algunos europeos a recorrer Asia en su búsqueda. En 1924, un joven inglés llamado Paul Brunton recorrió la India en busca de yoguis, eremitas y faquires, intentando entender como pudieron alcanzar una a través de un ejercicio de la mente que según el, estaba haciendo desaparecer la modernización.
El primer paso de todas las distintas vías hacia aquella era la meditación. Así pues, era necesario entender su significado.

Continuará....

Sanuk


domingo, marzo 08, 2009

Meditación en Coacoatzintla Xalapa con el Venerable Bhikku Nandisena.

Después de un año y medio por fin vuelvo a intentar cuatro días no en completo silencio, sino solo Noble Silencio en un monasterio Budista aquí en México.Salimos de Cuernavaca con mi prima y dos amigas suyas para recoger en Cholula al hijo de una de ellas. Después de un rico desayuno en Cholula, nos encaminamos para llegar al pueblo de Coacoatcatzintla que se encuentra a 10 Km. de Xalapa. Allí nos espera un hombre que junto con su esposa, atienden al Venerable Bhikku Nandisena que vive en este Monasterio que se sostiene por las aportaciones que algunas personas han venido dando durante años, pero que en los últimos años han disminuido.

Una de las amigas de mi prima de nombre Vicky (junto con otras personas) se encargan de la atención y manutención del lugar. Como suele ser en estos centros Budistas, las contribuciones son voluntarias, pero en esta ocasión se fijó una cuota muy moderada que me pareció buena idea, porque desgraciadamente aquí en México no falta la persona que va y luego no deja nada.

En la camioneta de Juan (el hombre que nos recoge), nos encaminamos por un camino de brecha varios kilómetros para finalmente llegar a este precioso lugar.Como en una meseta rodeada de montanas, se levantan unas cuantas construcciones sencillas que forman este monasterio. Sin importar la sencillez del lugar, el pequeño templo me pareció encantador. Con una escultura grande y bonita de Buda, piso de madera, inciensos y un ambiente silencioso, con el olor del campo, nace el deseo de meditar.



Lo primero que hacemos después de dejar nuestras cosas en las habitaciones designadas es ir a conocer al Venerable Bhikku Nandisena.
El es un hombre alto, robusto, vestido con su tunica color morado y nos recibe con una de estas sonrisas que solo he visto entre los monjes y personas budistas.


El Venerable se desempeña como Abad del monasterio Dhamma Vihara en México. Es guía Espiritual del Centro Mexicano del Budhismo Theravada A.C., representante de México ante la conferencia Mundial de Buddhismo, editor y traductor de varios libros del Pali al Español. Uno de ellos es el libro "Raíces Pali en el Saddaniti".

Bhikku Nandisena inmediatamente me eclipsa con su personalidad y una mirada profunda y expresiva que le dan unos bonitos ojos azules.El es originario de Argentina y vivió muchos años en Burma, para encontrarse actualmente en Xalapa y compartir sus enseñanzas con aquellos que lo deseemos.Esa tarde tuvimos una plática muy ligera para conocernos, conocer el lugar y comprometernos a las reglas (no tan exageradas como a las que me sometí en Tailandia) que nos sometimos por solo cuatro días.

Como soy despistada, aun después de recorrer el lugar, ya que por la noche atenderíamos a la primera meditación en el templo, yo me perdí.
Los pisos son de madera y al parecer mis pisadas se escuchaban en el templo mientras involuntariamente yo me paseaba por el piso superior en donde se encuentran las habitaciones del Venerable. Eso sí, él, muy normal, decidió pararse de su meditación e ir a mi encuentro, cosa que me hizo sentir apenada al mismo tiempo que salvada.

La comida aunque vegetariana en su mayor parte (pues un día nos dieron pescado porque al Venerable se lo recomendó el medico), me pareció deliciosa.Vicky, Monica (mi prima) y Celia, decidían y cocinaban esta. A mí y a Víctor, nos tocaron actividades distintas. El barría y limpiaba áreas afuera de las instalaciones y yo me encargaba de poner, cambiar y mantener las flores de los floreros en el Templo y en el lugar donde comía el Venerable.


Este lugar, también tenía una interesante escultura de Buda con otras más, varios floreros y un ambiente igualmente agradable. Ahora que lo incomodo de todo esto, fue el terrible frío que pasamos, porque el viento se colaba por todos lados y por las mañanas el campo amanecía congelado. Nuevamente por mi despiste, la primera noche no me fije que mi ventana se quedo abierta y casi amanezco convertida en estatua de hielo. Esa primera mañana, alrededor de las 7 a.m. después de meditar y desayunar, tuve que tocar agua y nuevamente casi me convierto en muñeco de nieve.





Fue muy interesante atender al Venerable y compartir con él no solo sus enseñanzas, sino también las dos comidas que hacíamos al día.

Como en todas estas prácticas (que he relatado con más detalle en Agosto del 2007 en que tomé mi primer curso), tienes mucho tiempo de estar contigo misma y esto se convierte en una especie de psicoanálisis.Yo que soy algo inquieta y siempre quiero ver todo lo que me rodea, creo no haber dejado un solo lugar por los cerros y explanada sin explorar. Los bichos, las plantas, los hongos, los dos perros y el gato que vivían con nosotros, fueron objetos de mi atención y compañía. Víctor también gustaba de explorar estos cerros con su cámara fotográfica (el es fotógrafo), por lo que en alguna ocasión llegamos a toparnos en estos sitios.

Reforcé mi meditación y aprendí a meditar caminando. Esto se me hizo muy interesante y enriquecedor, al mismo tiempo que te permite caminar en vez de estar tanto tiempo sentada.
Podíamos caminar por donde se nos antojara, así que más de una vez (aun con el frío), me descalcé para sentir la hierba en mis plantas de los pies.El sol como suele ser en la montaña, a medio día, pegaba fuertísimo y era un placer poder quitarte ropa, guantes, gorro y sentirlo en la piel.
Por las tardes las pláticas diarias con el Venerable eran muy interesantes y reforzó mucho lo poco que sé del Budismo en teoría.Nos hablo de los preceptos y aquí comparto algunas de estas cosas.......

Primeramente recordar que la razón del sufrimiento es la Ignorancia y sus raíces son: el apego, el enojo, la preocupación, etc. A esto se le llama la ignorancia manifiesta.Porque también existe la ignorancia latente, que es cuando la mente no es insana. Aun así, la ignorancia latente sigue teniendo un efecto negativo.Todo esto se prevé con recta visión, lo cual nos permitirá prevenir el sufrimiento, porque es la ignorancia la que nos evita ver la realidad.Esta recta visión nos conduce al primer paso del Noble Sendero que a su vez es la cuarta noble verdad del camino que lleva al fin del sufrimiento.
Este es el principio de la práctica y seria el principio de la enseñanza.El sufrimiento exterior se evita con ética la cual nos da equilibrio personal y psicológico, evitando el sentimiento de culpa, que es otro estado mental insano.

La Culpa siempre es un estado insano asociado con la raíz del enojo. En pali se dice Kukucha, que se traduce también como preocupación. Asociado con acciones incorrectas que uno realizó, o que simplemente tu consideras incorrectas. Puede estar también relacionado con cosas buenas que dejamos de realizar, estas suelen estar vinculadas con las tradiciones, educación o enseñanza que no precisamente son VERDADERAS, pero que nos hicieron creer que si lo son.
Los estados sanos serían estados en los que se tenga moral y vergüenza, cosa que se logra practicando la tolerancia que en esta época pareciera que cada día es menor. Sobre todo la tolerancia religiosa y racial.

Los seres humanos somos capaces de transformarnos a nosotros mismos y al mundo, entendiendo la cantidad de sufrimiento evitable en el.
El Buda dijo que este recto entendimiento es como la aurora que anuncia todo lo sano que puede existir dentro de uno.
Porque para tener una creencia correcta tiene que ser a través del Kama (acciones que cometemos), pues estas son nuestra única propiedad y son nuestra propia herencia de otras vidas. Antes de cometer cualquier acción hay un estado mental previo a estas que en pali se denomina: Chetana- la abolición.
Esto deja una potencialidad que se acumula y produce un efecto al que llamaríamos: Las experiencias de vida y que se dice que mientras existan estas potencialidades continuaremos en esta vida y a su vez continúan después de la muerte. Al morir, dejaremos nuestras propiedades como cosas y personas, pero las acciones continuarán.Las acciones de esta vida trascienden y por eso mismo, debemos abstenernos de las malas, entendiendo realmente el concepto de lo bueno y malo primeramente.
El Buda nos dice que: "Uno mismo es realmente el protector de si mismo. Entrenándose a si mismo, uno obtiene un protector difícil de obtener".Esto último es solo un trocito de todo lo que nos hablo el Venerable pero los invito a entrar en su página y escuchar de su viva voz todas sus enseñanzas. Aquí el link para acceder a ella:

http://www.dhammavihara.org/orientacion.htm

De nuevo, otra vez, experimenté algunos momentos de verdadero silencio. Cuando eso sucede es cuando se piensa que vale la pena seguir intentando.Cree uno subir una escalera que tiene un solo peldaño sin darte cuenta de que existen muchos otros mas..... Aplasta uno las nalgas y se inmoviliza en el piso con la esperanza de obtener un misterioso estado de iluminación, pero solo cuando tus ideas estancadas se tornan fluidas obtienes la primera explosión de consciencia que, por supuesto, crees que es para siempre, pero no es así si no se continua practicando.

Porque lo que no cambia se estanca. La adquisición de la fluidez se asemeja a una piedra que cae en el centro de un lago. De este choque surge una onda circular que da origen a una más grande. Círculos que continuaran multiplicándose hasta cubrir la superficie entera del agua. Así es la expansión de la consciencia, pero con una diferencia: el lago mental es infinito y es por eso que cuesta tanto controlar este estado y darle estos momentos de silencio que son tan necesarios para el descanso, pero que para mi no deben bloquear al mismo tiempo ese pensamiento que quiero que fluya pudiendo tener ratos de silencio. Porque al menos para mí, esta meta no la visualizo a corto plazo y quizás será inalcanzable. ¡Pero vale la pena seguir intentando!

La Segunda Conferencia de La Asociación de Universidades Buddhistas Theravada tendrá lugar en Sagaing (ver foto), Myanmar, entre el 4 y 8 de Marzo, 2009. En esta conferencia participarán estudiosos de veinte países. Nos complace anunciar que México estará representado por el Ven. Bhikkhu Nandisena quien presentará dos ponencias. La primera ponencia a ser presentada en el panel de Literatura Pali consistirá en una exploración de la obra "Raíces Pali en el Saddaniti" del Ven. U Silananda (leer ponencia-inglés). En la segunda ponencia el Ven. Bhikkhu Nandisena expondrá acerca de su labor de divulgación del Dhamma en los países hispanohablantes.

Sanuk