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lunes, septiembre 15, 2008

Cuba 2008 (2)

Sólo estar un día en la Habana y ya hicimos la primera salida a la provincia rumbo a Pinar del Río. Rumbo a Viñales (otra bonita ciudad), paramos en Soroa a ver un jardín botánico que fue el jardín de una casa, propiedad que perteneció a un alemán antes de la revolución.

Es un jardín precioso que combinado al clima tropical de la zona, da unas especies de flores, árboles y plantas exóticas que jamás había visto, así que nos dimos gusto tomando fotos de estas especies incluyendo orquídeas raras.
A mí siempre me han gustado las orquídeas y aquí en México tuve algunas, acudimos a algunas exposiciones, al igual que cuando visitamos Buenos Aires. En especial el tiempo que vivimos en Tailandia conocimos muchas más especies raras y fuimos a algunas exposiciones y concursos, por lo que creí que no descubriríamos nada nuevo aquí. Pero ¡sorpresa!, una orquídea que jamás habíamos visto y menos olido. Su olor es a chocolate y esto nos pareció muy curioso.

Seguimos camino rumbo a Viñales en esta zona de vegetación exuberante con unos cerros en formas raras que los cubanos llaman molotes.
Aquí, solo parar y se nos acercó un hombre ofreciéndonos llevar a su casa para hacernos una rica comida con langosta o pescado. Todo con mucha discreción porque no era un paladar legal por lo que tuvimos que esconder el jeep para que no se viera desde la carretera. Tendríamos que esperar a que las mujeres de la casa prepararan la comida.
Fue una excelente decisión, porque la espera sentados en una especie de porche, tomando unas cervezas cubanas y disfrutando de esta vista valió la pena con creces, porque comimos excelente.

La casa como la mayoría, muy sencilla, pequeñita y sin terminar, pero como siempre con gente gentil y sincera (como son la mayoría de los cubanos) que nos hicieron sentir muy a gusto aunque también cuando el cubano esta enojado o desilusionado (como suele pasar más en La Habana), lo demuestra, no sabe fingir.







Terminando la comida con el siempre excelente café cubano, nos fuimos a visitar La Cueva del Indio. Esta cueva se encuentra en el entronque de Ancón y es una gruta que se recorre en una barca. Es un tramo corto pero muy bonito con sus formaciones de estalactitas y estalagmitas con una salida grandiosa con mucha vegetación.
De esta forma concluyó el día nuevamente en La Habana tomando unos mojitos para brindar por el cumpleaños de Juan que era precisamente este 24 de Julio.
El día 25 lo volvimos a pasar en La Habana compartiendo con amigos de Alex, personas muy interesantes por ser todos cultos, con puestos y posiciones en Cuba que les permiten ver con objetividad la situación cubana.
Conocimos a su maestra de historia especialista en historia del Caribe. Persona muy interesante con la que nos hubiera gustado platicar más, pero el tiempo vuela y la gente interesante que conocimos fue mucha.
La mayoría de la gente pensante reconoce lo logrado con la revolución, pero también lo perdido en los últimos años de necedad política por parte de un régimen que envejeció junto con sus líderes, pero que obviamente enfrenta presiones de las naciones ricas y poderosas.
El cubano en general, antes que volver a ceder su país a otro tirano, prefiere morir de hambre, pueblo con mucho orgullo, un mestizaje bonito entre europeo, negro y algo de chino. Son una raza bella, casi todos altos y con buenos cuerpos.

El 26 de Julio día en que se conmemora la revolución, fuimos invitados a casa de Héctor para festejar tan importante día para su familia en especial, porque son comunistas y convencidos del triunfo de la revolución en general. Junto con este evento festejaron a Juan y a Héctor por sus cumpleaños con solo días de diferencia. En el espejo que cuelga del comedor, escribieron felicitaciones a ambos y desde luego, primeramente, a la REVOLUCION.

Aunque nosotros no estemos totalmente de acuerdo con el pensamiento de las personas del partido comunista, no dejo de reconocer muchos aciertos como el haber terminado con el lastre religioso que atrasa tanto a los pueblos latinoamericanos.
La gente cubana es muy pensante porque no mezcla creencias religiosas, curas, ni templos con la política y las ideas científicas. ¡Bravo Cuba por ese logro! Además erradicaron la miseria y todo el mundo tiene atención médica, aunque hoy no sea lo buena y eficiente que llegó a ser. El mundo entero sufre una crisis de carencias para el pobre, porque el problema es que además de que somos muchos en este planeta, la solidaridad escasea, pero al menos el cubano ya no se reproduce indiscriminadamente, todos son concientes de la situación, muchas parejas ya no tienen hijos y los que tienen suelen tener sólo uno.
Pasamos una noche muy interesante divertida y entre gente muy calurosa, no importando ideologías. Al otro día Héctor tenía que regresar a Bangkok y nos quedamos los dos junto con Alex para continuar este viaje.

Ahora si nos vamos varios días a la provincia y el camino es rumbo al Oriente, al pueblo de Manicaragua en nuestro traqueteado jeep Susuki rentado. Este vehiculo cuando tomaba velocidad hacia un ruido como si fuéramos a despegar en cualquier momento, pero fue muy efectivo dado el estado de las calles en general y los caminos por los que trepamos como cabras.
Los indios que habitaron Cuba eran Tainos y Siboneyas, el nombre de Manicaragua viene de sus lenguas y quiere decir: "Tierra de hombres valientes". Y si que lo son, porque hay que ser valiente para vivir en un pueblo que además de un campo bonito, no tiene nada y cuando digo nada, es nada. No hay tiendas, cafeterías, restaurantes, cines y mucho menos lujos.
La tarde en que llegamos la pasamos conociendo a la familia de Alex, haciéndoles preguntas y contestando las suyas porque con la espontaneidad que caracteriza al cubano, inmediatamente te cuentan sus penas y carencias, la desesperanza en la que se encuentran sumidos y la impotencia por cambiar las cosas.
La gente del campo tiene menos oportunidades de salir del país aún ahora que es un poco más sencillo salir a visitar familiares, porque los permisos a veces tardan años y se vuelve insoportable la espera. Este es el caso del papá de Alex al que ya con los planes y ciertos gastos hechos se le negó la salida por cualquier tonta excusa.

Es evidente que han sufrido mucho las carencias derivadas de su sistema político. Durante el periodo especial apenas y podían adquirir los alimentos muy básicos (aunque en el campo siempre un poco mejor que en la ciudad), pero las cosas que tuvieron que comer son las mismas que cuando hay guerra.
Además el estado no les permite hacer ningún tipo de negocio con lo que cultivan, pero tienen al menos más posibilidad de tener fruta, vegetales y huevos. Muchos cubanos odian los huevos en vista de que comieron demasiados durante esta triste época.
Como tanto por parte de Juan como por mi parte tuvimos y tenemos familia que lucharon la guerra civil española y luego la segunda guerra mundial, creo que nos calaron más hondo todas estas historias que se asemejaban tanto con las que escuchamos en nuestras casas.
Un personaje como Castro podría ser considerado símbolo de éxito comunista y por tantas razones políticas y de intereses de todo tipo no ha abierto la economía de un pueblo que ya lo pide a gritos, permitiéndoles que se desarrollen como individuos. Cuando ves el pago y sufrimiento humano, no parece posible soportarlo. Los ideales revolucionarios y las ideas de izquierda a mi me seducen verdaderamente, pero los dictadores no.
Hay que recordar que Fidel Castro, Camilo Cienfuegos, Miguel Allende y otros que comenzaron esta revolución venían de familias ricas. Porque las revoluciones nunca las comienzan los pobres.
Es increíble ver el yate en el que unos cuantos hombres tomaron Cuba, porque este yate de nombre Granma y que vimos en el museo de la revolución, no es mejor ni mucho mas grande de los que mucha gente rica (no millonaria) tienen para pasear.
Al menos todavía en esta revolución, los que las ideaban, también iban al frente y no como en este siglo XXI, en el que los líderes se quedan en sus oficinas y residencias o pescando, cazando o jugando golf.

Al otro día de llegar (muchos de ustedes quedaran con la boca abierta porque soy atea y no practico ninguna religión), decidí que quería consultar al primo de Alex que es un medico santero (como lo llaman por allá), para tener la experiencia solamente. Cuál fuera mi sorpresa que al tirarme los caracoles, comienza a decirme cosas de mí, que pocas personas saben y algunas de estas, nadie. Esto, además de la seriedad y convencimiento con el que hacia todo, te hace compartir y dejarte envolver por las vibras que se generan.
El altar con ese sincretismo del vudú y el catolicismo similar al que existe en México, pero con grandes diferencias a la vez, se forma de todo tipo de santos, artefactos y cosas curiosas como ¡una rama que fuma!
Yo había presenciado una ceremonia en Catemaco hace como 20 años, pero me pareció muy charlatana. Quizás no encontramos una persona como ésta, que aunque nunca seré devota de nada, si me impresionó y ahora espero ver los resultados que me dijo vería.


Al otro día los abuelos maternos de Alex, mataron un puerco. No quisimos asistir a la matanza aunque llegamos a tiempo de ver al pobre cerdo cocinándose sobre la leña.
Estuvieron cocinando este delicioso puerco por más de 8 horas y quedo riquísimo. Comimos y todo fue acompañado con una guitarra que me consiguieron para que cantara. Era tanto el entusiasmo de la gente que nuevamente me conmovieron de sobremanera.
Los halagos y aplausos fueron demasiados. Increíble la curiosidad de vecinos que a lo lejos escuchaban por las ventanas en la casa de la otra abuela en otra ocasión en que volví a cantar a capela.

Todo este festín estuvo acompañado de unos riquísimos puros que el abuelo hace el mismo, después de cultivar su propio tabaco. Nos regalaron puros a pasto que por varios meses podremos seguir disfrutando y compartiendo con los amigos aquí en México.
Este par de abuelos de Alex (en las fotos lo pueden ver), parecen sacados de postales cubanas porque ambos tienen mas de noventa años y su físico, junto con esas bonitas arrugas que saca el sol del campesino en la piel, los hace mas auténticos y humanos, toda una belleza humana.

Visitamos la ciudad de Trinidad que es preciosa y que seria el lugar donde yo trataría de vivir si fuera cubana. Aquí parece haber más holganza, porque hay tiendas, restaurantes y mucha vida. La gente se ve mas contenta y se pueden comprar unas cuantas cosas de comer por la calle como en otros países y comértelos sin sentimientos de culpabilidad porque se pagan con moneda corriente y la gente puede comprar igual que tu como turista.
Nos deleitamos con los pintores que encuentras a menudo. Algunos de ellos son realmente talentosos aunque muchas de las veces pintando muy comercial y barato para sobrevivir.
La ciudad de Trinidad tiene un sabor muy original, sus calles empedradas tan bonitas con las típicas casas cubanas bien conservadas en su gran mayoría.



















Después paramos unas horas en una playa de nombre Yaguanabo que aunque muy bonita se encontraba muy sucia, porque eso si, el cubano tira todo al suelo y no quiero pensar como será cuando tengan mas cosas que tirar.

Asombra ver en lo que la gente se entretiene por estos pueblos. Organizan por ejemplo una especie de lotería. Un vecino viene, escoges uno o varios números y no se en que se basan, pero al otro día puedes salir ganando dinero o si no tuviste suerte, puedes volver a jugar de nuevo. Se lo toman muy en serio y lo disfrutan como todo, porque cuando se tiene poco, se aprecian mas las cosas simples de la vida.
También juegan dominó cubano, pero hasta comprar un buen dominó es difícil para mucha gente, ya que en estos pueblos hay poco de todo.

Alex tiene una tía que como la mayoría de los cubanos tiene un nombre raro: Malengue. Ella saca algún dinero extra comerciando con lo que puede y mucho de lo que Alex le lleva de Tailandia. Uno de sus negocios es poner uñas postizas y se supone que ella "si pone uñas de calidad" con toda la gracia del cubano y su propio estilo, muchas de las veces gritando y hablando con puros modismos. Cuenta algunas anécdotas que te sacan la risa con facilidad aunque algunas veces requerimos de la traducción de Alex para entenderla, porque si se lo propone, casi seria lo mismo que si hablara chino.
Nos contó que una mujer llego gritando a su casa ---- soy una infeliz loca, todo el mundo lo sabe y ¡por eso me toman el pelo!-----.
Lloraba desconsolada porque se había gastado demasiado de su poquísimo dinero para ponerse uñas postizas y le pusieron uñas de bote. Esto quiere decir que algunas personas se las ingenian para recortar uñas de botellas de plástico (las usadas para los refrescos) y ¡las pegan con cola loca! Aunque nos haya hecho reír, realmente es algo triste porque me percaté que para las cubanas esto de llevar uñas bonitas, largas y bien pintadas, quizás es más importante que muchas cosas a mi vista más importantes.

Otro día fuimos la ciudad de Santa Clara y como siempre, la caminamos y nos topamos en el jardín principal con un grupo de músicos que tocaban y cantaban, muy bien. Esto lo estaban grabando para el radio y nos explicaron que ocurre todos los días y es un programa muy conocido que se llama "El cocodrilo verde".

La música es de tipo campesina, popular en Cuba, pero de repente comenzó a cantar un hombre con un tipo de español que no se podía pasar por inadvertido y con buena voz también. El comenzó a cantar décimas y nosotros comenzamos a bostezar. Tenían poca gracia porque como no pueden hacer broma con la política, resultaban algo infantiles e inocentes.
Aquí en Santa Clara probé unos pastelitos con hojaldre y merengue, que parecía crema y que solo cuando supe que era merengue me animé a comer. Se llaman Señoritas y tienen un sabor muy rico. Me recordaron algunos merengues callejeros mexicanos.

Aquí en el campo fuimos tocados profundamente en cuestión de sentimientos, porque de verdad que la gente tiene muchas carencias y no obstante comparten lo poco que tienen con un gusto que conmueve.
Como llevamos algunos dulces a la familia del curandero y nuevamente canté junto con él que por cierto tiene buena voz y me demostró cuantas canciones mexicanas se sabe, nos invitaron a comer. No lo van a creer, pero en Cuba escuché más música mexicana que aquí en México. Gusta mucho la música mexicana y en la provincia, adoran los corridos norteños.
Para la comida, en ese mismo momento mataron un pavo (guanaco) y lo cocinaron por lo que pasamos casi todo el día compartiendo con la familia.
La expresión de este curandero es de inocencia y paz, pero su mujer tiene un deje de tristeza. Todo se compensa cuando se ve a los niños disfrutar lo que sea, tal vez por el hecho de vivir en contacto con la naturaleza y no conocer otra cosa para comparar y envidiar.
Al atardecer y con un solo silbido de alguno de los propietarios, los animales comienzan a llegar al trote para entrar en sus corrales, por lo que yo que no soy de campo, me quedé impresionada pareciéndome una escena de alguna película de Walt Disney.

La salida del último día fue con el papá de Alex y su abuela paterna. Esta abuela es todo un personaje e hicimos mucha química con ella, además de que nos hospedaron ella y su hijo en su casa y fueron unos increíbles anfitriones.
Comimos riquísimo, siempre tratando de adivinar nuestros deseos y de nuevo remarco lo mucho que conmueve esta hospitalidad cuando la gente tiene tan poco.
Aunque la abuela no puede caminar bien por un accidente cerebral que tuvo en el pasado (del que se recuperó bastante bien), insistimos en hacer un paseo en el que ella no tuviera que caminar mucho. Fue un paseo muy agradable a conocer la presa de Hanabanilla, que se parece bastante a la de Valle de Bravo que se encuentra en el Estado de México.

Lo que hace una gran diferencia es que aquí no esta invadido de casas, gente, lanchas y demás artefactos que afean la naturaleza. Se contempla un paisaje paradisiaco desde un hotel al estilo los años sesentas. Desde la terraza y más arriba, desde el último piso hay una vista maravillosa con sus montañas cubiertas de verde. En este sitio y por lo que pudimos ver, el turismo es totalmente cubano. Los cubanos pueden ir a estos hoteles solamente pagando con cucs, por algún servicio extraordinario o como premio en su trabajo.



Nuevamente me sentí en el pasado cuando cosas tan sencillas como una alberca, unos tragos y no importando la aglomeración, toda la gente se ve contenta. Muy distinto a las caras largas que muchas veces se topa uno en hoteles de cinco estrellas, donde se ve en la mirada de las personas la insatisfacción por el exceso de todo y el vacío interior.

Por último en casa de la otra abuela y la madre de Alex, quienes son igualmente simpáticas y compartidas, compraron una botella de sidra española para brindar y despedirnos, aunque no sin antes prometer que volveríamos con el ofrecimiento de las casas de todos para regresar y traer un poco de noticias y esperanza.

El último día en La Habana paseamos nuevamente solo para tratar de fijar en nuestras mentes y corazones la esencia de un pueblo tan interesante, controvertido y hospitalario como es el pueblo Cubano.

Sanuk