Éste lugar fue construido por el Sr. Lek Viriyaphant, con el propósito de mostrar el estilo de vida y tradiciones tailandesas que hoy en día ya no son lo mismo por la modernidad. También tiene el propósito de promover las artes y la artesanía. Para este motivo, se construyó una ciudad que algunos llaman miniatura, pero cuando se llega allí y se percibe el tamaño del lugar, no lo es tanto por sus dimensiones.
Desde luego que todo esta construido a escala natural y esto hace del lugar una verdadera ciudad dentro de Bangkok.
Sólo llegar, si no vienen en coche, es aconsejable rentar bicicletas o un carrito de golf porque es muy extenso el lugar. Además es conveniente dedicarle todo el día para poder disfrutar ampliamente de todo.

Las construcciones son típicamente en madera como se vivía en el pasado y como todavía se pueden ver algunas hoy en día en Tailandia pero ya cada vez menos. Disfrutar de estas construcciones, entrar y ver el inmobiliario también original con piezas antiguas y muy interesantes vale la pena. Todo lo expuesto está muy a la mano porque todavía Tailandia y aun en Bangkok, la gente no parece tener esta mala costumbre ya tan extendida por el mundo de tomar lo ajeno. A nosotros nos sorprendió mucho lo poco protegido que esta todo y la cantidad de gente que entra y sale.


Una de las edificaciones también es un prostíbulo. Es muy interesante observar como se hacen algunas artesanías y alimentos en las formas más rusticas.
Se exhiben muchas antigüedades y en especial hay un lugar con las típicas marionetas Tailandesas que son unas verdaderas obras de arte.
Se encuentran también algunos navíos (replicas de los antiguos) en lagos que se acompañan a los lados con construcciones de tipo escultórico muy Tailandés.

Se puede comer en el lugar y saborear ricos postres artesanales.

Si después de este paseo, se prefieren ir a sentar para la cena delante del océano, les recomiendo ir a Bang Pu a solo unos kilómetros de la ciudad antigua. Esta es un área militar (abierta al público) pero no lo parece, porque en ningún momento vimos militares.

En este lugar, se come excelente marisco y pescado a unos precios ridículos incluyendo cervezas.

No deja de sorprenderme las buenas costumbres de la gente Tailandesa, como la de que en algunos puntos sobre el puente en el que las personas nos amontonábamos para ver el espectáculo de las gaviotas y alimentarlas, se encuentran acondicionados especie de lavabos de agua limpia con jabón para que te laves las manos después de alimentar las aves.
La puesta del sol fue otro increíble espectáculo sobre este manso océano que casi parecía un lago medio seco en esta época del año, Enero.
Muchos tramos de arena solo se veían remojados por el agua debido a la mansa y lejana marea.
Sanuk
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