El tiempo pasa rápido sin que nos demos cuenta en medio de nuestra aventura. Parece mentira que mañana se cumple una semana de nuestra salida de México y ahora me doy cuenta de que no he enviado ninguna señal acerca de nuestra sobrevivencia al viaje. Manos a la obra.
El miércoles pasado empezamos la odisea a la 5 de la mañana, para la cual nos despertamos en el hotel vecino al aeropuerto. Estupendo servicio de Mexicana de Aviación, sobre todo de la mujer que nos recibió en el aeropuerto y que se encargó de documentar nuestro equipaje directamente hasta Bangkok, a donde llegó sin ningún problema.
La espera de 6 horas en el aeropuerto de Los Ángeles fue muy pesada, y resulto ser un adelanto de lo que nos esperaba, al estar repleto de personajes orientales. Muy pesado el vuelo a Taipei por lo largo. Casi
13 horas de vuelo que venían después de casi 12 de viajes y esperas de México a Los Ángeles. El aeropuerto de Taipei, aunque no parece muy grande, si parece moderno y practico. Un par de horas allá y despegamos nuevamente para llegar a Bangkok de madrugada después de un vuelo de tres horas.
Marcel y Jenny nos esperaban en el aeropuerto, desde donde fuimos en taxi al flamante departamento que ocupan ahora y que esta localizado en un lugar relativamente céntricos de la ciudad y que sorprende por lo mismo, ya que es un remanso de paz, sin ruido y repleto de una vegetación exhuberante.
Después de una cena ligera y de un par de tragos de bienvenida, nos llevaron al hotel (guest house) en que nos hospedamos y donde por fin nos metimos a la cama 36 horas después de habernos levantado la ultima vez, a la 5 de la madrugada locales.
Estos pocos días no son suficientes para generar una imagen concreta que me sienta capaz de comunicar, aunque algunas cosas si son
notables:
Aunque venimos de la Ciudad mas grande del mundo, la cantidad de gente que se encuentra uno por todos lados es aplastante. El trafico es terrible (mucho peor que nuestra gran ciudad en la era de Lopez) sin necesidad de plantones en Paseo de la Reforma. La ciudad, por lo general es increíblemente limpia. No se ven casi ni colillas tiradas en las calles. El transporte es excelente, desde el tren elevado, pasando por el metro, los taxis terrestres y los que se desplazan por el río, todo de primera, barato, limpio, con aire acondicionado (que a veces es una bendición, ya que a pesar de no ser la época mas caliente del ano, al menos yo, sudo algunos litros al día).
Hay centros comerciales de todo tipo, de quitar el hipo por el tamaño y la cantidad de mercancía que venden. Desde un bazar estilo Lomas Verdes o la Lagunilla, que en extensión, al menos debe ocupar 20 o 30 veces el tamaño de esta ultima, hasta el moderno centro comercial
(mall) de Paragorn, donde la tienda ancla (el Liverpool Thai) tal vez sea del tamaño de todo el centro comercial de Santa Fe.
La comunicación se complica de verdad por el idioma. Al ser la fonética tan diferente, resulta difícil recordar hasta los vocablos mas simples, tales como los números (de los que apenas me he aprendido hasta el 5 en estos días). Cuesta recordar los nombres de las calles, y cuando se recuerdan, cuesta pronunciar el nombre de manera tal que un taxista pueda entenderlo (la primera aventura en ese sentido, fue realmente estresante).
La comida, excelente (claro que siempre he tenido debilidad por la comida oriental, y especialmente por la comida Thai). Ayer por la noche cenamos platillos típicos del norte del país, que se distinguen, además de por sabrosos, por el picante extremo que contienen.
La gente en general, parece pacifica y amable. Todo el mundo tiene siempre la sonrisa a flor de labios (fingida o no) lo cual por si solo, pone de buen humor. La gente por la calle se ve en términos generales limpia y bien arreglada, especialmente las mujeres, que además, visten de manera sensual. Adriana se siente en su ambiente, al ser la mayoría de la gente (las mujeres sobre todo) de su estatura.
En suma, hasta ahora la aventura empieza de una forma grata y divertida. Ya les hablare en los próximos capítulos sobre las nuevas vivencias, que espero sigan siendo positivas como hasta ahora.
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