Este relato lo dedico a Adriana, Sofia, Maru y Xochitl, que viajaron desde México hasta estas lejanas tierras para compartir con los polémicos e intensos Ventosa. Es la primera vez que todas menos Sofía viajaron a Asia y ninguna incluyendo a Sofía conocían Tailandia. Una a una se fueron sumando al viaje que Adriana y yo planeamos por mucho tiempo.
Por fin llega el día tan esperado y planeado por todas y Juan. Estamos ansiosos de recibir a las cuatro amigas que llegan de México.
El recibimiento en el aeropuerto fue de muchos nervios y emociones y por fin nos encontramos juntos para disfrutar 14 días.
Del aeropuerto pasamos unas horas aquí en nuestro departamento comentando, comiendo algunas frutas exóticas que compramos especialmente para que probaran esas delicias. Después, como tuvimos que ir a que se registraran todas (menos Adriana, que se quedo en nuestro departamento) en un hotel que les escogimos cercano a la casa, aprovechamos las cinco para darnos un masaje típico tai. Yo todavía no había experimentado esto que resulto algo doloroso, diferente a otros masajes, pero finalmente placentero.
Leí que este típico masaje tai algo violento en el que te estiran todas las extremidades del cuerpo, tiene el propósito de que si la energía esta bloqueada en algún punto, se desbloquee y vuelva a fluir bien para que la salud se mantenga o vuelva.
Mas tarde y un poco recuperadas decidimos aprovechar y llevarlas a conocer la zona de Khao San, cerca de donde vivimos y típica por la cantidad de gente y cosas que se ven. Es una zona turística sui generis.
Para esto, tomamos el taxi bote en el muelle cercano a donde vivimos. Pasamos por el mercado en el que hago yo mis compras y pudieron comenzar a ver un poco de los alimentos y cosas que se venden aquí.
Llegamos a la calle de nombre Khao San y después de algunas primeras compras, nos sentamos a degustar lo que seria su primera comida tailandesa.
A unas les fue mas sencillo que a otras, pero todas lo disfrutaron. Para acompañar la comida tomamos típicas bebidas frappé con diferentes frutas, que por cierto a todas gustaron mucho.
El segundo día, al despertarnos descubrimos que Adriana ya se encontraba en la alberca. Disfrutaba de una remojada, un café que Marcel le bajo al descubrirla allí y una platica con el.
Yo enseguida me sume al cotorreo y a la nadada, para más tarde cuando todas estuvieran despiertas, decidir que haríamos.
Como teníamos previsto y en vista de que no se levantaron tan tarde, salimos rumbo al Grand Palace; una de las bellezas que no se pueden dejar de admirar aquí en Bangkok.
Aquí tengo que platicar que Maru se nos descompuso del estomago. Se lo achacó a la comida tai, pero yo lo dudo. Habíamos comido tai pero muy light, además de que yo veo más factible coger infecciones y cosas en las comidas de aviones que en esta cultura.
Con esto les comparto que nosotros en todo este tiempo, no hemos cogido ninguna infección y compro la fruta pelada, tomamos jugos de la calle, etc, etc, cosa que en mi país (México) nunca hice.
Antes de tomar la decisión de hacer esto, leímos mucho al respecto y cosas escritas por estériles europeos y extranjeros en general.
Continuando con el relato cultural, aquí mismo entramos al templo Wat Phra Kaen donde pudieron admirar el buda esmeralda (por cierto, no es de esmeralda, sino de jade). Mide 66 cm. de altura. Es precioso y le cambian su ropa según la temporada, la ropa esta elaborada con hilos de oro y seda. De este Buda no hay fotos, no se puede fotografiar. La pobre de Maru no la paso muy bien, pero otra vez la prisa por el poco tiempo que estarían nos obligó a ir enseguida. Aguantó como los machos, lo que sea de cada quien.
Después de unas bebidas y un lunch, caminamos unas cuadras para entrar al templo más grande aquí en Bangkok, el Wat Pho. Este tiene un gigantesco Buda reclinado que mide 46m. de base y 15m de altura y representa el acceso al nirvana y al otro mundo. Los pies son de madreperla, es impresionante y se aprecia en alguna foto que incluyo aquí.
En este templo también Sofía y Juan (pues creo que las demás no), admiraron la colección mas numerosa de Budas que existe en Tailandia, 394 imágenes.
Ya saturadas de información, imágenes interesantes y que dejan con la boca abierta, nos dirigimos a las primeras compras masivas.
Todas las amigas querían computadoras, cámaras y alguno que otro aparatito electrónico.
Los electrónicos hasta donde nosotros hemos investigado y comprobado aquí en Bangkok se compran bien y a buenos precios.
Con el asesoramiento de Juan y Marcel, además de que ya habíamos hecho investigación previa de locales y precios para que no desperdiciaran demasiado tiempo en esto, hicieron algunas de estas compras. Aquí verán algunas fotos del montón de paquetes que lográbamos juntar en solo unas horas. Estas compras de electrónicos fueron un ejemplo típico.
Todas disfrutaron, pensaron, consultaron a los expertos hombres que nos acompañaban y tomaron sus decisiones, al juicio de los expertos, buenas.
Terminamos cenando en un restaurante solo al lado del impresionante centro comercial de electrónicos (Pantip Plaza), pues ya el hambre no nos daba para ir a algo mas interesante. Además de que en esta cadena de restaurantes tai de nombre S&P, hay opciones de comida no tai.
A mis queridas amigas les costo un poco esta comida y no quisieron ser muy audaces. Creo que deberían serlo la próxima vez.
Será que nosotros, aunque también nos cansamos de la comida tai, hemos disfrutado mucho aventurándonos, aunque en algunas de las veces no nos ha gustado alguna cosa. Es una comida muy variada, claro, repleta de combinaciones bastante arriesgadas.
De todas formas nuestra filosofía de vida que algunos de ustedes ya me han oído decir y que es parte de un poema de Machado, es lo que tratamos y trataremos de aplicar siempre en la vida y que dice así........"Donde hay vino, bebemos vino, y donde no hay vino, agua fresca".
Las Fotos
Continuará……
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario